Lo curioso es que conforme avanza el invierno hacia lo más frío de la temporada, los árboles que dan frutos en verano se llenan de hojas tiernas, pequeñas, de un verde vivísimo, es lo que llaman un "veranillo", los días que hace un poquito mas de calor y las plantas reverdecen en chinga. Esas florecitas tan delicadas se convertirán en los frutos de verano, y están llamadas a desaparecer, como diría Hegel, en la parte más cruda del invierno, se deshacen, literalmente vuelan al viento.
Me parece curioso y sorprendente cómo la vida sigue sus ciclos y tiene explosiones de locura aun en los momentos más adversos.
Esta entrada, si sirve de algo o si significa algo es para D-
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