lunes, 6 de diciembre de 2021

Ya quiero que sean vacaciones

Desde que tenía 12 o 13 años tengo la costumbre de iniciar mis vacaciones con cierto tipo de lecturas. En vacaciones de verano comienzo leyendo algo de terror o de misterio y al comienzo de vacaciones de invierno la lectura de inicio es siempre algo de Jorge Ibargüengoitia, ya a estas alturas varias cosas releídas. 

Tengo muy claro como comenzó esta costumbre. La literatura de horror fue porque mi padre me regaló un libro de cuentos de Sir Walter Scott al inicio de las vacaciones antes de salir de viaje familiar a Colima. Al año siguiente descubrí a H.P. Lovecraft y fue no más cosa de seguirse. 

Por otro lado empecé a leer a Ibargüengoitia porque mi hermano Álvaro me presto su libro de Instrucciones para vivir en México cuando íbamos de camino a ver a los abuelos, en Colima. Basta decir que es Jorge Ibargüengoitia y que hay que leerlo siempre que se pueda, aunque no sea sólo en vacaciones de invierno, pero es una buena manera de empezarlas. Quizás tenga que ver su temprana muerte a finales de noviembre, pero me gusta más el recuerdo de los viajes familiares. 

Este año me emociona particularmente porque encontré un libro que no he leído de Ibargüengoitia.


martes, 9 de noviembre de 2021

Estaba pensando en retomar la escritura de este blog con algunos apuntes sobre el trabajo de investigación en el que estoy en este momento, pero no sé que tan adecuado sea para los fines de este blog, y para las normas académicas, es decir, que no debería dar demasiada información sobre la investigación misma en curso, por eso de la confidencialidad y las evaluaciones colegiadas que necesiten anteceder a cualquier forma de difusión de las mismas. 

También me temo que terminen siendo notas y avances que no revise más adelante por el simple hecho de pensar que ya están expuestas al público y que es mejor reformular/re escribir todo como alguna vez ya me pasó en un blog anterior sobre una tesis que terminé por dejar en suspenso...

También consideré la posibilidad de ir haciendo apuntes sobre otros temas que me gustaría investigar y exponer más adelante. Ahí mi temor es semejante al anterior, pero no sólo por que desista de usar esas notas por estar publicadas, sino más bien porque tiendo a asentar en notas dispersas cosas de las que me quiero ocupar después y nunca vuelvo sobre ellas.

Para tal caso tengo ya dos o tres cuadernos, uno con apuntes sobre comunicación el conocimiento (sea científico o de humanidades) y filosofía de la ciencia, que debería haber resultado muy útil para la tesis de maestría, si acaso lo hubiera revisado. Tengo otro cuaderno con apuntes sobre lógica, retórica y análisis del discurso. Y un tercer cuaderno donde hago apuntes sobre mi investigación actual. 

Me pregunto, si no reviso esos apuntes tan a la mano, ¿qué me hace pensar que volveré a estos apuntes y notas que estén en el blog? No lo sé, nada en particular, quizás solamente que estarían expuestas al público y podría empezar a intercambiar ideas con los lectores de estes espacio –si los hay–, y eso me ayude a refinar lo que por ahora son intuiciones en apuntes dispersos en cuadernos y hojas y papeletas que voy dejando por todos lados. 

Habré de meditarlo un poco más, saludos.