jueves, 18 de mayo de 2023

"Están saliendo serpientes"

Me gusta la expresión porque tiene resonancias de la teoría de la generación espontánea de Aristóteles, como si de verdad pudieran salir de la nada serpientes y culebras. La frase es del jardinero de casa.

El contexto es que en los últimos meses hemos estado encontrando algunas culebras pequeñas en el jardín, deben ser ratoneras. Porque también en los últimos meses hemos tenido abundancia de ratones campestres. También vimos un día un halcón pequeño, o bueno, era una ave de presa. Son todos parte de un ecosistema que hace años no existía. Son animales que han sido desplazados de sus zonas naturales por la continua y cada vez mas voraz expansión de la vivienda en lo que antes era un bosque. 

Lo que ya no hemos visto desde algún tiempo son palomas y tusas, y desde hace muchos años conejos y teporingos, bueno, el último que vi fue saliendo de casa de los papás de Derzu en el largo invierno después del Verano del Amor. 

Lo que más me preocupa es la posibilidad de que "hayan salido serpientes" en el cuarto de ensayos, o el cuarto oscuro, no he abierto ninguno de los espacios en algún tiempo y aunque las puertas están bien cerradas y no hay mucho por donde entrar y salir, no vaya a ser que por una rendija o algo así se hayan metido. 

Me gustaría pensar que podríamos atraer a todas las serpientes como Barry White cuando salió en los Simpson, pero creo que más bien nunca vamos al volver a tocar. Y creo que en el fondo eso esta bien

martes, 22 de noviembre de 2022

Ser parte de una Bolita

 Por distintas razones me he ido desprendiendo de mi cuenta en Twitter, todavía no la abandono del todo porque la abrí para ayudar a EPriani a promover las Ráfagas de Pensamiento, que aún transmite Radio UNAM, y eso al menos, sigue funcionando más o menos bien. 

Una de las razones de la mudanza a esta otra red social fue seguir en contacto con una querida amiga de la Facultad y algunas nuevas amistades en el mundo de las redes socio-digitales. La verdad es que a mi no me tocó ver lo peor de Twitter porque siempre tuve una cuenta pequeña, bien elegida y bien administrada, y desde hace varios años no veía el tl general, sino sólo lo de la gente que sigo desde el Tweetdeck. 

Esta otra red social me esta gustando mucho porque me recuerda cuando inicié en Twitter y tenía que hablar con los demás para hacer nuevos contactos y establecer vínculos académicos/filosóficos interesantes, tónica con la que lo sigo usando, pero mis interacciones se han vuelto más escasas aunque publico más que al principio. 

Aunque sé de la existencia de cúmulos, agrupaciones o ligas de usuarios de Twitter con ideologías francamente neo/filo f4scist4 y n4zi nunca he interactuado con ellos directamente, he visto a amigos queridos perder el tiempo intentando dialogar con quienes no debemos darles tal oportunidad. Ni me he asomado jamás al Mundo Maga o de los supremacistas. Sé que existen, y no es que los ignore, pero no tengo estómago para aguantarlos. 

Una cosa que me gusta de esta red social es que es abiertamente Antifa en un 99.99%, y eso me parece muy bien, necesario para estos tiempos que corren. Lo otro que me gusta es, como ya dije, que he tenido que interactuar más con la gente que me interesa seguir e intercambiar con ellas y ellos. Y me gusta porque me ha traído recuerdos curiosos de la primaria.

Es decir, me cambie junto con un grupo de amistades que cada vez están más cómodas y que cada vez tienen más contactos e interacciones. Yo soy tan tímido dentro de las redes socio-digitales como en el mundo real, y me recuerda a la primaria, cuando algún amigo que tenía desde preescolar trababa amistad con alguna de las bolitas de los niños y niñas populares –a finales de primaria, principios de la secundaria–, y me invitaban a pasar tiempo con sus nuevos amigos y me intentaban integrar, y yo simplemente nunca me hallaba de todo. Seguí siendo buen amigo de mis amigos de toda la via y logre hacer nuevas amistades, pero ser parte de la bolita y desenvolverme en ellas con naturalidad nunca fue lo mío. 

Conservo algunas de esas amistades desde la primaria, o antes: del preescolar; y cada una de las nuevas se ha vuelto valiosa para mi, puede que eso contribuya a modificar el enfoque con que usé las redes socio-digitales desde el principio, pero no siento que tenga una intoxicación facebuquera o tuitera, pero quizás es tiempo de moverse a otro sitio. Allá, allende sus limites, el ambiente se está poniendo bueno.

lunes, 25 de julio de 2022

 "Yo tengo dos lavadoras". 

La frase es parte de una anécdota que, de acuerdo con los tiempos que corren de deconstrucción y corrección política, no vale la pena contar o recuperar, pues la dijo un adolescente de unos 13 o 14 años que se defendía de sus coetáneos en un recreo de la secundaria. 

Últimamente he pensado en la infinidad de variantes que me he ido encontrando a lo largo de la vida adulta, pero no tanto como mecanismos de defensa, o más bien sí, pero no para después del hecho, sino como ataques preventivos que utilizan muchas personas que no toleran la crítica, que no aceptan sus errores, que señalan la hipocresía y la incongruencia de otros pero no admiten que uno les señale las suyas, gente cobarde que se esconde detrás de exabruptos y "argumentaciones" con manotazos en la mesa y exigen las "pruebas" que han procurado borrar. 

En fin, gente pinche que están más acomplejada de lo que esta dispuesta a admitir, o peor aún, que se da cuenta de ello, mientras psicoanalizan a los demás. 

Quizás algún día escriba algo más formal/formalista al respecto, una vez que decida en que rubro de estrategias y argumentos falaces se ubican. 

lunes, 13 de junio de 2022

La caja número 5 de mi archivo fotográfico

 En una nota más personal...

Hace una semanas tuve un sueño que reunía muchas personas de distintas épocas y lugares de mi vida, pero destacaba una entre ellas: una compañera del Cole Madri de quién sólo recuerdo el nombre, y es probable que mi recuerdo esté equivocado. Pero durante la mayor parte del sueño estábamos juntos, de manera muy natural, de hecho, me tardé en reconocerla en el sueño, pero su compañía se sentía como si hubiera continuado a lo largo de los años, la daba por hecho.

El asunto es que nunca fui tan cercano a esta chica. Teníamos algunos amigos en común y ambos estábamos en el taller de fotografía, pero no en el mismo grupo, pues ella es un año más joven que yo. 

Por alguna razón me dieron ganas de escribir el sueño en este blog, pero ninguna razón práctica, es decir, no quiero encontrarla ni saber cómo o dónde o con quién esta ahora, aunque sí espero que sea una mujer adulta y esté bien. Para poder escribir del sueño pensé que lo importante era confirma por lo menos el nombre de pila, que consulté con Chinasky y resultó que el tampoco lo recuerda. A ella sí que la recordamos, pero no el nombre sino por el apodo. 

Lo cual es un poco vergonzoso porque tal vez los apodos sean cosa de un pasado muy distante, y porque suelo tener buena memoria para esas cosas (caras, nombres y apellidos, lugares), y cuando junto mis súper poderes con Chino para recordar y contar historias del pasado, podemos competirle a Funes el Memorioso.

Unos días después buscaba una fotografía que quería regalarle a mi madre en la que sale con mi tío Luis y una de las invitaciones que entregaron para el homenaje en vida que le hicieron a mi tío hace ya algunos años, pues tiene una caricatura que le hizo Helguera y mi madre quería enseñársela a alguien. Al principio no tenía ganas de buscar en esa caja particularmente porque es la última caja que más o menos organicé y clasifiqué, y es la caja de la última época en la que estaba tomando muchas fotografías, justo después del "verano del amor", así que hay fotos que me gustan pero que me traen algunos recuerdos. Las siguientes cajas (6-9) están hechas un desmadre que no quiero/puedo ordenar y clasificar ahorita, además de que tengo mas de una docena de rollos sin procesar...

Al final, no sólo encontré la foto y la invitación para mi madre, sino que encontré una foto de, literalmente, la chica de mis sueños.

Es una entrada un poco absurda, pero ¡hey!, esa es la materia prima de algunas historias que contaba en algunos cómics, pero no sigan mis consejos, son solo conejos. 

jueves, 26 de mayo de 2022

Contra argumentación y la Sociedad de Baile Clandestino

 O por qué la contra argumentación no tiene que ser simétrica. 

Viendo el nivel de argumentación y contra argumentación en algunas redes socio digitales me he ido dando cuenta de un fenómeno curioso. Cada vez que alguien plantea una crítica o hace alguna observación a las ideas o posturas de otros no pierde la oportunidad de aderezarlo con elementos innecesarios que en el fondo son falacias típicas, que van desde el Hombre de Paja, la Carga de la Prueba o de plano el Ad Hominem

Esto es relativamente normal en la disputa de las ideas y las discusiones, aunque puede ser considerado un exceso que entorpece la comunicación al añadir más de lo estrictamente necesario o introducir argumentos y temas que añaden poco o nada a las críticas ya planteadas. Pongo un ejemplo imaginado: 

X plantea una crítica: "Oiga, me parece que su argumento es flaco porque olvida tales y cuales variables y no ofrece buenas razones para considerar que de eso se sigue esto. Debería tener más cuidado con sus argumentos porque son sumamente deficientes simulando ser áridos".  

A lo que Y responde: Sí, mire, flaca es su racionalidad porque tales y cuales cosas a mi no me interesan y para demostrar que de eso se sigue esto, usted me lo tiene que demostrar porque lo sacó a colación, y ya para acabar, árida y deficiente tiene la mente y debería cuidarse usted.

Caricaturizo, pero no demasiado. 

Es como cuando en la Sociedad de Baile Clandestino alguien lanza un reto de baile y despliega algunos pasos iniciales para iniciar el combate, sin embargo el que es retado no tiene que imitar siquiera aproximadamente dichos pasos, más bien tiene que superarlos. Si el único recurso que la persona retada tiene es la de la imitación, entonces no tiene mucho con que combatir el ataque, no tiene una idea de cómo o por qué debería defender su baile, o sus ideas. 

En la batalla de baile, como en la batalla de las ideas no basta con remedar lo que hacen los demás, lo que hace falta es desplegar otros pasos, otras ideas y ampliar o acotar la discusión, pero no se trata de expresar, un baile o un argumento que sea exactamente igual que el que nos han lanzado, sólo que en sentido contrario, no tenemos por qué regresar, paso por paso, argumento por argumento, simétricamente, podemos imaginar otras maneras de responder, necesitamos imaginación, no sólo técnica. 

Si ante la crítica, con elementos justos y/o injustos, respondemos punto por punto, "regresándole" punto por punto al interlocutor, hacemos una argumentación simétrica o isomórfica, pienso que la argumentación está perdida, más bien hay que ofrecer mejores argumentos, ampliar la discusión si es necesario o acotarla cuando hace falta. Si nos las regresan así, podemos olvidarnos de tener una conversación medianamente constructiva. 

En el fondo es un "ojo por ojo, diente por diente" con cierto refinamiento –aunque la verdad no mucho– discursivo y semi argumentativo. 

lunes, 16 de mayo de 2022

Pensar fuera de los límites disciplinares

 La expresión "pensar fuera de la caja" es un anglicismo que se ha vuelto un lugar común, tanto que pensar fuera de la caja es en buena medida pensar dentro de ella. Pero como todo eslogan, a pesar de volverse un lugar común, aun puede transmitir de vez en cuando la intención que originalmente nos quería comunicar. 

Esta reflexión nace de la experiencia reciente que tuve en un Coloquio de Divulgación de la Filosofía, donde impartí junto con Ernesto Priani un mini taller de divulgación de la filosofía. Este mini taller fue una actividad única en su genero porque fue la única actividad más o menos práctica, la única que involucro a otros –practicantes de la divulgación añejos, principiantes y algunos interesados o intrigados en dicho que hacer. Además fue la única actividad a distancia, pues en la convocatoria estaba la opción de hacerlo presencial o remota, y por distintas razones elegimos participar a distancia. Fuimos los únicos. 

Una de mis razones para no ir es que me cansa un poco la dinámica del grupo que organizó el coloquio, discuten entre ellos cada cierto tiempo, nos invitan como familiares lejanos y a veces escuchan lo que tenemos que decir, pero la mayoría de las veces parece que lo echan en saco roto y continuan sus discusiones de siempre. Esto no significa que Ernesto y yo tengamos la palabra final en la teoría o en la práctica de la divulgación de la filosofía ni que lo pretendamos; tampoco significa que uno no pueda aprender cosas de los demás y que las ideas propias no se vean enriquecidas con las ideas diferentes con las que te encuentras, es simplemente que la discusión nunca sale de eso, la discusión sobre la divulgación y luego cada quien a sus cosas. 

Otra cosa que es extraña y a mi me dificulta dialogar con ellos es que a veces no ven más allá de los límites de la filosofía. Leen de filosofía popular, leen a los grandes divulgadores filósofos de la divulgación de la filosofía. Pero confunden pedagogía con comunicación pública del conocimiento. Leen poco o nada de divulgación de otros saberes, menos sobre teoría de la divulgación y mucho menos sobre teoría de las ciencias de la comunicación y estudios y prácticas de la comunicación, los medios, medios masivos, los encuentros y la comunicación inter personal. 

Y me quedé pensando, ¿de las cosas que he estudiado, leído, hecho, cuáles me han servido y cuales no? ¿De dónde saque las que sí me sirvieron? Una respuesta con tres ejemplos. 

Primero. Leí el libo de Samuel Larson Guerra Pensar el sonido hace unos años, el libro en realidad es sobre sonido para cine, pero tiene un montón de información sobre la naturaleza del sonido, la grabación y reproducción que me ha resultado sumamente útil para las Ráfagas de Pensamiento de Radio UNAM y otros podcast de por ahí. 


No es precisamente un manual, tiene una buena carga de teoría y esta pensado para un medio diferente al que yo trabajo, sin embargo esa parte teórica complemente muy bien la parte práctica de levantar sonido, arreglarlos y organizarlos en un mosaico que cumpla su cometido y sea semejante a lo que imaginamos. 

Segundo, el libro de Imagologies de Mark C. Taylor y Esa Saarinen, sobre filosofía de los medios, pero mas concretamente es sobre la cultura digital en el momento en que estaba naciendo, a principios de los 90, por lo que algunas de las ideas pueden estar más o menos superada o ser muy ingenuas aunque tengan cierta actualidad. 


El libro es de un seminario transatlántico –Estados Unidos-Finlandia, y recalco, a principios de los 90–, y desarrolla por un lado el texto filosófico que se discutió y estableció en dicho seminario, intercala algunos comunicados entre Taylor y Saarinen sobre las dificultades técnicas y las posibles soluciones para llevar a cabo el seminario el siguiente semestre, y cuenta cómo se desarrolló el semestre. Es una mezcla de McLuhan con Shannon y con Eco. 

Una de las lecciones más importantes que me dejó fue que no hay idea, por genial que sea, que se pueda transmitir sin más, hay que resolver un montón de problemas para poder comunicar de manera cercana a lo que queremos, y cuando hablamos de medios masivos o redes socio digitales, no está de más conocer sus aspectos técnicos, funcionales, básicos. Además del contenido de lo que queramos decir.  

Tercero. El libro de Scott McCloud Undestanding Comics, que como su nombre lo indica es sobre cómics, ¿qué puede tener que ver con la filosofía o la divulgación de la filosofía? Pues más o menos, pues una de las ideas fundamentales de este libro es que los cómics son un medio por derecho propio, no un medio menor o intermedio, y que una de las cosas que lo hacen ser un medio particular es que tiene la capacidad de transmitir ideas complejas en secuencias más sencillas, y nos puede dar mucha o poca información, todo depende de cómo los leamos. 

Mi tesis es que la divulgación de la filosofía tiene dos tareas, por un la de mostrar las herramientas básicas de la reflexión filosófica y mostrar que dicha reflexión es argumentativa, requiere de secuencias de pensamientos complejos, y a diferencia de la divulgación de la ciencia, no puede dar saltos espectaculares y mostrarnos los avances y resultados de la investigación y el pensamiento filosófico, en este caso, lo importante es el paso de un punto a otro, la secuencia. Como los cómics. Podemos añadir una tercera tarea que sería dar a conocer la historia de la filosofía o de las distintas escuelas y tradiciones filosóficas, pero esa la pongo al final porque suele confundirse la historia de la filosofía, tanto en contextos educativos como divulgativos. 

El libro de McCloud es ya un clásico dentro de su propio ámbito y vale la pena revisarlo para entender los cómics por sí mismos, pero también para entenderlos como un medio válido para divulgar filosofía o para pensar en cómo hacer un cómic filosófico sin que sea una presentación de diapositivas pasada al formato conveniente. Esas serían sus implicaciones más obvias, pero hay otra, que son las herramientas creativas que McCloud propone para desarrollar el arte o medio de los cómics. Destaco principalmente el capítulo el capítulo 7 y su esquema de los seis pasos


En la parte de imaginar, proponer y desarrollar nuevos productos de divulgación de la filosofía uno puede encontrase propuestas e ideas brillantes que no llegan a nada porque no están afinadas en sus aspectos prácticos, o encontrase con personas muy capaces en los aspectos técnicos pero con ideas poco originales, y los que no tienen ideas, quieren imitar o robar las ideas de otros y nada más. Y a veces las cosas salen como un menos lo espera y son exitosos los productos que menos posibilidades tenían, o fracasan los que tenían todo resuelto.  

Los seis pasos de McCloud sirven para desarrollar no sólo cómics y su lenguaje, sin mayor adaptación, uno puede aplicar las mismas ideas al desarrollo de los productos de divulgación de la filosofía. Yendo de derecha a izquierda, McCloud nos dice que uno parte de tener una idea superficial y tiendes a imitar lo que otros hacen. Para crear algo propio y algo de buena calidad, hay que empezar desarrollando habilidades y adquiriendo conocimientos básicos del quehacer, de los cómics, o de los medios que queramos usar para divulgar. Esto nos lleva a entender la estructura del medio –estructura que podemos llenar con el contenido que queramos–, y es precisamente ese contenido el que nos ayudará a desarrollar un idioma propio dentro del medio y eventualmente una forma particular que finalmente hace que tanto la idea que queremos comunicar y el propósito que tenemos coincidan y nos permita desarrollar un producto enteramente propio. 

De los cómics, como los productos de divulgación, son muy pocos los que llegan al 1, algunos llegan al 2 o al 3, muchos nunca salen del 6 porque no les interesa pasar siquiera al 5, dejen ustedes el 4.


Creo que deberían leerlo, al menos ese capítulo, el libro se puede conseguir digital –legalmente, por supuesto... pero también de otras formas–, el caso es que a veces pienso que ese libro y ese capítulo han hecho más por mi manera de entender, desarrollar y aplicar la divulgación que todos los libros y artículos especializados que podamos imaginar. Pero para encontrar este tipo de textos, es necesario pensar fuera de los límites disciplinares. 

jueves, 14 de abril de 2022

Esa extraña sensación que produce sentir que lo que estas trabajando y tu solución son muy obvias... siempre y cuando tengas todos los elementos que haz ido reuniendo en la investigación y que no necesariamente estos son elementos arbitrarios que juntaste para demostrar tu tesis, sino que los indicios están ahí para quien los quiera tomar. 

martes, 11 de enero de 2022

El chiste no es ver hacia el futuro sino al pasado

Me acabo de acordar de la Teoría sobre las Doctrinas Secretas de Platón. Básicamente esta teoría dice que Platón tenía una doctrina esotérica p externa, que enseñaba a todos por igual, y que es la que está escrita en los diálogos platónicos. Y una teoría interna, secreta, de la que sólo hablaba con sus discípulos más cercanos y que jamás escribió. 

Así queda, esquemáticamente, diferenciada una de otra, la pública es lo escrito, lo secreto, y de mayor importancia, sólo se puede hablar y memorizar. Pero, ¿cuál es el fundamento de esta teoría? (Y disculpen que no cite a los principales exponentes de dicha teoría, pero no tengo los libros a la mano). 

Bueno, pues que Platón dice por aquí y por allá, en realidad en muy pocos lados, que tal o cual aspecto de su filosofía ha sido discutido en otra parte –sin aclarar en qué otro diálogo o texto–,y que no es necesario escribirlo. Y como se supone que conocemos casi todos los textos platónicos, ya sea por las distintas transcripciones que nos han llegado, ya sea por los comentaristas o las menciones de otros filósofos e historiadores, podemos colegir más o menos qué diálogos tienen referencias y cruzadas y ahí, donde están los huecos, ya sea porque no conocemos el diálogo en cuestión, o porque no se conservó adecuadamente o porque no lo escribió, dicha ausencia da pie a la sospecha sobre esta doctrina secreta. 

No importa que la filología y reconstrucción histórica de las doctrinas filosóficas, y de todo tipo, que son muy antiguas constantemente se encuentren con lagunas en el texto y que haga falta hacer intervenciones en este, como identificar añadidos, líneas espurias, comparar y completar distintas citas de distintos autores en distintas épocas. No, la mejor manera de abordar la cuestión es con una teoría meta textual que dice que lo que no hemos hallado es aquello que  Platón no ha escrito, y la razón por la cual dice que lo ha discutido, pero no lo ha escrito, es porque deben ser sus teorías secretas, que sólo compartió con sus discípulos más cercanos y eran de suma importancia, pero eso sí, que había que mencionar de vez en cuando quién sabe para qué...

Todo esto hizo que me diera cuenta que es importante no ver al futuro sino al pasado, o hacer como que ves al pasado. Me explico. 

Cuando uno escribe una tesis o un artículo académico cuando el trabajo sobre los puntos pendientes nos excede en pericia o la información que tenemos a la mano, generalmente hay que jugar a la modestia y usar frases como que tal tema queda pendiente para un mejor momento, o que desarrollarlo hasta sus últimas consecuencias necesitaría un espacio o formato que excede al que tenemos disponible en ese momento. o que quizás en el futuro podamos volver al punto y desarrollarlo como es debido o el tema lo amerita. 

Vemos hacia el futuro, algún día lo escribiremos, lo señalamos para el futuro. 

Ahora que me acordé de lo de las doctrinas secretas de Platón se me ocurre hacer todo lo contrario. Debemos ver al pasado, o simularlo. Cuando lleguemos a un punto como ese hay que detenerse y alardear, mencionar que ya lo hemos desarrollado y que no hace falta volver a escribirlo, sólo tener en cuenta que eso mismo, lo hemos desarrollado completo, hasta sus últimas consecuencias y con el afán preciso y suficiente, y que no hace falta volver a escribirlo, sólo mencionarlo. 

Lo importante es no decir dónde esta desarrollado ni referir fuentes o citar nada. Basta con señalar que está hecho, y como una promesa o un compromiso con ese supuesto trabajo del pasado, tenemos que apurarnos a establecer la notas, desarrollar el texto, dar las conferencias y clases. Así, en el futuro lejano que alguien encuentre nuestros textos, aunque no sepa en dónde, esté seguro que tarde o temprano dará con el pasaje indicado del texto en cuestión para aclarar eso que ahí aparee sólo mencionado, de pasadita

No hace falta la falsa modestia, pero si es necesaria una buena memoria para recordar todas las cosas que dijimos que ya hicimos y pues, hacerlas.  

lunes, 6 de diciembre de 2021

Ya quiero que sean vacaciones

Desde que tenía 12 o 13 años tengo la costumbre de iniciar mis vacaciones con cierto tipo de lecturas. En vacaciones de verano comienzo leyendo algo de terror o de misterio y al comienzo de vacaciones de invierno la lectura de inicio es siempre algo de Jorge Ibargüengoitia, ya a estas alturas varias cosas releídas. 

Tengo muy claro como comenzó esta costumbre. La literatura de horror fue porque mi padre me regaló un libro de cuentos de Sir Walter Scott al inicio de las vacaciones antes de salir de viaje familiar a Colima. Al año siguiente descubrí a H.P. Lovecraft y fue no más cosa de seguirse. 

Por otro lado empecé a leer a Ibargüengoitia porque mi hermano Álvaro me presto su libro de Instrucciones para vivir en México cuando íbamos de camino a ver a los abuelos, en Colima. Basta decir que es Jorge Ibargüengoitia y que hay que leerlo siempre que se pueda, aunque no sea sólo en vacaciones de invierno, pero es una buena manera de empezarlas. Quizás tenga que ver su temprana muerte a finales de noviembre, pero me gusta más el recuerdo de los viajes familiares. 

Este año me emociona particularmente porque encontré un libro que no he leído de Ibargüengoitia.


martes, 9 de noviembre de 2021

Estaba pensando en retomar la escritura de este blog con algunos apuntes sobre el trabajo de investigación en el que estoy en este momento, pero no sé que tan adecuado sea para los fines de este blog, y para las normas académicas, es decir, que no debería dar demasiada información sobre la investigación misma en curso, por eso de la confidencialidad y las evaluaciones colegiadas que necesiten anteceder a cualquier forma de difusión de las mismas. 

También me temo que terminen siendo notas y avances que no revise más adelante por el simple hecho de pensar que ya están expuestas al público y que es mejor reformular/re escribir todo como alguna vez ya me pasó en un blog anterior sobre una tesis que terminé por dejar en suspenso...

También consideré la posibilidad de ir haciendo apuntes sobre otros temas que me gustaría investigar y exponer más adelante. Ahí mi temor es semejante al anterior, pero no sólo por que desista de usar esas notas por estar publicadas, sino más bien porque tiendo a asentar en notas dispersas cosas de las que me quiero ocupar después y nunca vuelvo sobre ellas.

Para tal caso tengo ya dos o tres cuadernos, uno con apuntes sobre comunicación el conocimiento (sea científico o de humanidades) y filosofía de la ciencia, que debería haber resultado muy útil para la tesis de maestría, si acaso lo hubiera revisado. Tengo otro cuaderno con apuntes sobre lógica, retórica y análisis del discurso. Y un tercer cuaderno donde hago apuntes sobre mi investigación actual. 

Me pregunto, si no reviso esos apuntes tan a la mano, ¿qué me hace pensar que volveré a estos apuntes y notas que estén en el blog? No lo sé, nada en particular, quizás solamente que estarían expuestas al público y podría empezar a intercambiar ideas con los lectores de estes espacio –si los hay–, y eso me ayude a refinar lo que por ahora son intuiciones en apuntes dispersos en cuadernos y hojas y papeletas que voy dejando por todos lados. 

Habré de meditarlo un poco más, saludos.