jueves, 1 de julio de 2010

Los huecos en la ley suelen ser usos y costumbres

Sin duda, habría mucho que comentar de lo que ha pasado en el mes, en el país, en lo personal, en lo profesional, por todos lados, lo que pasa de que, no se si me hago viejo y cauto o de plano la cabeza la tengo en otras cosas, o qué diablos.

Hay mucho que analizar y comentar, como lo de la Guardería ABC y porqué exonerar a los altos funcionarios es una mamada porque de entrada a los dueños de la guardería ni quien los mencione hoy día (los dueños del Crogmañon, el antro de Buenos Aires que se incendió están todos en la cárcel); el asesinato de un hombre mexicano en San Diego no mas por ser "latino" (cuando ninguno es latino en el estricto sentido de la palabra); o el asesinato de un chavito que en el fondo es una reacción desproporcionada pero no gratuita; o el reciente asesinato del candidato priísta para gobernador en Tamaulipas y la enorme hipocresía de unos y otros entorno a la "Guerra contra el crimen organizado"... hasta de asco de solo pensarlo. Y eso que no he mencionado la situación futbolera y las ilusiones vanas que se hicieron muchos a punta de publicidad y promoción...

Yo me contentaré con contar una anécdota, o son varias, para ilustrar un punto, mas en lo político/social/legal y clavado que lo lúdico/manipulador/evasivo.

Hace un momento me estaba acordando de cuando trabajaba con Tets y Katana para los padres del Tets tomando fotografías para el catálogo de construcciones de la Secretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI), de finales del 99 a mediados del 2001. Nuestra labor era fotografiar edificios considerados históricos, o para su restauración o mantenimiento y para establecer una legislación arquitectónica mas o menos coherente por zonas, lo que sí hace falta a esta ciudad entre otras cosas. Pero el proyecto tenía mas de un enemigo, no solo las inmoviliarias y las constructoras que de cualquier forma hacían y hacen lo que quieren. Por un lado cuando cambió el Jefe de Gobierno del DF abandonó el plan, dio prioridad a otras cosas y nos dejó sin chamba; por el otro estaban los comerciantes, los empleados y los policías, pero lo peor eran los propios ciudadanos.

De esos años salieron las famosas frases-anécdotas como
- "¡Es Hammer el rapero!" (con todo y baile hip hop urbano en pleno Insurgentes);
- "¡AH! ¡Mujeres hermosas!" (que aunque es un chiste bien local y políticamente incorrecto hay que decirlo con todo y clika sin dedo);
- "No fotografíes mi producto pero preséntame a tu amiga" (ese día íbamos con Ilse en la Col. Condesa);
- "No pises mi pasto" (muy cerca del Monumento a la Madre, estábamos parados sobre una jardinera que era de sólida y aplanada tierra);
- "No pises mi banqueta ni tomes mi casa... ¡Tranquilo Floffy Asesino!" (un anciano iracundo sin nada mejor que hacer que hacernos creer que su perro faldero era de verdad asesino y dejarnos muy claro que su casa no estaba dentro del catálogo); y por último la de
"P: ¿Quién les dio permiso de fotografiar el banco?... R: Ah, pues el poli, ese que va huyendo porque ya se dio cuenta que la cagó".

Con permisos del GDF y la SEDUVI y todo era más probable que te la armaran de pedo por casi cualquier cosa, era una disputa de medianas autoridades. Es comprensible que por un lado fotografiar bancos sea sospechoso y que por motivos de seguridad muy claros no te dejen hacerlo, ya desde hace 10 años la cosa estaba muy mal. Por otro lado, lo que es cierto es que muchas de esas sucursales eran malas adaptaciones de edificios viejos o casas, por ejemplo, hay un banco muy cerca del Mercado de Coyoacán que era una casona muy vieja, cerca del árbol del chicle, y la cosa es que a la casa le partieron la madre y la sucursal es una mierda que no funciona para nada. Así que la SEDUVI tenía todo el derecho y la razón para querer regular ese tipo de cosas, no destruir una casa vieja y dar seguridad a los usuarios y los bancos que sólo querían mas sucursales y más y más y más.

Pero la disputa por ver quien tenía la razón generalmente nos la teníamos que chutar nosotros, en el mejor de los casos con los gerentes encargados de cada sucursal y casi siempre era negativa la respuesta, y la mayoría de las veces directo con los policías que cuidaban afuera cada sucursal, lo que sí era el colmo. Ya no discutíamos mucho al final, sólo preguntábamos, pues nos dimos cuenta de un fallo esencial, y no es que la SEDUVI, los bancos o los polis tuvieran buenas o malas razones, y eso es representativo del país absurdo en que vivimos, por muy chicle moderno que parezca: simple y llanamente a las sucursales de los bancos nadie las vigila los domingos.

Así, cada vez que en nuestros mapas y rutas estaba marcado un banco o algún edificio en el que había algún tipo de problema lo dejábamos para el domingo.

Los murales del edificio del PRI los fotografiamos un domingo bien crudos, cada banco de Insurgentes lo fotografiamos en domingo, muchos comercios de la Condesa igual... el único que no se dejó nunca fue el anciano de su perro faldero asesino... ahí aplicamos la de un "drive by shooting fotográfico" y lo mejor es que todas las tomas salieron de poca madre. Ante la impotencia de ver como se imponían las pequeñas autoridades de unos y otros a pesar de la legislación y de los programas de gobierno nos encontramos con un hueco, ni siquiera legal, sino de usos y costumbres que al final nos permitieron salirnos con la nuestra y hacer el trabajo como debíamos... que nadie, más que nosotros, trabaja en domingo.

Y que hay admitir que hubo un montón de gente poca madre que no sólo no nos interrumpían, a veces hasta cotorreaban con nosotros, como los cargadores de Eje Central que se burlaban del poli que no nos daba chance de tomar la entrada de la bodega, le decían "Pinche Doña Lupe, ponte a trabajar" (de ahí una rola de Mono Capuchino); los albañiles de un edificio que estaban construyendo junto al Parque Hundido y el arquitecto japo del mismo (el día del avión de papel de Amaro que voló sin pedo una media hora); las putas y los travestis del Eje Central (unas tímidas y amables y los otros unos descarados albureros), los fashionistas que nos dejaron subir a su azotea en Av Alvaro Obregón (la más fea que haya visto porque tenía un espectacular encima y no pudimos pasarlo); el jefe vecinal que nos explicó porque algunas casas de la Col. Doctores están pintadas hasta de tres colores distintos; y toda la gente que nos abrió sus puertas o sus azoteas, que movió sus autos para que tuviéramos tomas mas limpias y un largo etcétera.

No recuerdo muy bien que quería decir con esto, quizás esa disyuntiva entre la ley y el desmadre, entre la responsabilidad y la irresponsabilidad, entre querer hacer bien las cosas y que no te dejen y que aun puedas cumplir con tu deber, aunque por buenas razones sea inapropiado, como fotografiar edificios donde hay bancos o el metro, por ejemplo. Pero, porque el domingo es sagrado, y la siesta también, uno pueda hacerlo de todas formas.

Tal vez tengo muy frescas las anécdotas por que estaba haciendo mi curriculum y esa fue mi primer trabajo mas o menos formal, que fue una buenísima idea a pesar de parecer pésima idea: que tu primer trabajo sea con tus amigotes en la calle y con libertad de horarios y rutinas y de hacer lo que se nos ocurriera, nuestra única constricción era que teníamos que entregar un número de rollos (sí, todavía rollos) al final de la semana con un mínimo de tomas útiles. Las fotografías hablan por sí mismas, nos quedaron re-bien y todos en el despacho estaban bien contentos con ellas y en la SEDUVI terminaron por encargarles todos los catálogos a ellos (y por ende a nosotros). Decía que era una mala idea porque nos acostumbramos a que el trabajo tienes que disfrutarlo... no se si sea buena o mala costumbre.

Quizás también me acordé porque Dulce, la madre de Tets se acaba de recibir del Doctorado y veré a los ex-jefes el fin de semana en el festejo. Sólo nos faltaría el Katana para revivir la mística de esos años. Ah, la nostalgia...

Saludazos.

4 comentarios:

Aníbal dijo...

Jajajajajajaja no mames reí como enfermo mental con las anécdotas, sobre todo con la del perro asesino jajajaja, pobre señor. No olvides la pregunta del millón: "oigan chavos ¿son paristas?" jajajajajajajajaja no mames.

ignacio bazan dijo...

No mames, neta no me acordaba de eso, y de hecho, si mal no recuerdo alguna vez también nos preguntó alguien si éramos "profesionales" o si "nuestro equipo era profesional" o una mamada así... jajajaja no mames, que época, estaba poca madre.

Aníbal dijo...

¿Oye chavo, tu cámara es profesional? jajajajaja no ma.

ignacio bazan dijo...

jajajaja exactamente esa fue la pregunta jajajaja