jueves, 31 de enero de 2013

Inspirado por el buen Rayo y sus libros comprimidos (reseñas de 140 caracteres o un poquito más), y para cumplir con ciertas peticiones de libros recomendados para una u otra finalidad (empezar a estudiar filosofía o algún tema específico de la misma, etc), o simplemente para compartir, retomaré mis reseñas incendiarias de libros incendiarios, que espero subir no sé, el último jueves o viernes de cada mes.

Por supuesto que lo más fácil habría sido agarrar doce libros de los que usé para le tesis, hacer las reseñas y programarlas todas para el resto del año. Esa no es la idea, la idea es compartir algo de lo que estoy leyendo, sea de filosofía, ciencia, literatura o lo que sea que haya leído en el mes. Y en algunas ocasiones esto puede darles alguna idea de qué saldrá en el futuro en la serie de Ráfagas de Pensamiento (y en FB). 

Empiezo con el libro Jihad et haine des Juifs, por varias razones, una de ellas es porque lo empecé en diciembre y en esos días me encontré con esta imagen:



A veces el problema no es tanto que la gente lea o no, empiezo a creer que eso es un esnobismo intelectualoide que tira más al fariseismo cultural, sí, de esos que el mismo Nietzsche detestaba profundamente. El problema es más bien de dónde obtienes tu información, pues muchas personas no leen, pero otras tantas leen cualquier cosa o leen cosas que deberían provocar rubor. 



El libro en cuestión no es nuevo ni mucho menos, es de 2002, con una cierta actualización cuando lo tradujeron al francés en 2007, originalmente está escrito en alemán. El libro está dividido en cuatro capítulos, el primero trata de los antecedentes, el periodo antre guerras y la misma Segunda Guerra Mundial (con todo y luchas intestinas por el poder en Palestina), el capítulo 2 desarrolla el tema desde el final de la Guerra hasta nuestros días; en el capítulo 3 da una explicación de cómo Hamas ha usado la Jihad como ariete político y finalmente en el capítulo 4 amplia el tema hacia la islamofobia resultante de los eventos del 11 de septiembre de 2001 y las guerras preventivas.

Pero el libro es interesante porque examina los antecedentes históricos del antijudaísmo en Palestina, es decir: las razones profundas, añejas y casi olvidadas del odio contra los judíos, lo occidental, lo cristiano, lo infiel y lo "decadente" en las sociedades árabes y de como la Jihad se ha convertido en una especie de guerra santa entre "el bien" y el "mal" y de cómo el antisionismo se ha vuelto la cara políticamente correcta del antijudaísmo, ya que empatan todo lo judío con sionismo y eso es una mentira total, es como decir que hace seis meses éramos todos panistas y apoyábamos al irascible de Calderón, y que hoy día somos todos partidarios del ridículo de Peña Nieto. 

Entre los antecedentes históricos que examina Küntzel está la enorme cercanía -y simpatía- entre los lideres del movimiento Hermanos Musulmanes, concentrados en Egipto y Palestina, con el Nacional Socialismo. Si bien es cierto que la iglesia que la gente de buenas conciencias y "progre" tanto detesta, pues resulta que la nación que tanto defienden de palabra, porque actúan muy poco por ella- también se plegó... no, no: se alió con los Nazis y las potencias del Eje. Es un hecho poco conocido y disputado, pues hoy día se dan el lujo incluso de sostener que el Holocausto nunca sucedió y que es una trata del "complot judío de dominación mundial".

Es un hecho histórico que no debería caer en el olvido, pero que pasan por alto continuamente porque les resulta incómodo, como les resulta incómodo admitir que los primeros desplazados y los territorios tomados -ilegalmente y lo que quieran- pero son resultado de la invasión de Palestina por los países árabes vecinos cuando se creó el Estado de Israel, y que debido a diferentes confrontaciones los israelíes han tomado mas territorios, de hecho los asentamientos judíos que han construido en esos territorios son ilegales porque en algún momento dijeron que los regresarían a los Palestinos y no sólo no lo han hecho sino que han construido asentamientos civiles ahí. 

Pero volviendo a lo esencial  la próxima vez que alguien diga que los judíos son unos nazis habrá que recordarles personajes como el Gran Mufti de Jerusalem, Haj Amin al-Husseini o el movimiento de los Hermanos Musulmanes y su desarrollo en el periodo entre guerras y particularmente en los años 30, o de cómo después de la Segunda Guerra Mundial muchos criminales de guerra se refugiaron en países árabes y no sólo fueron recibidos sino que muchas veces fueron protegidos.

Pero además el libro tiene la virtud de que explica bastante bien no sólo el desarrollo histórico del panislamismo, la jihad (primero como reivindicación religiosa y luego como política exterior), el concepto de musulmán, árabe; así como los conceptos del otro lado de la balanza: judío, judaísmo, sionismo, judío-árabe, los judíos refugiados, los de otros países, etc. Y los conceptos de antijudaismo y antisionismo, es curioso pero no usa el término antisemitismo. De hecho el cuarto capítulo tiene una argumentación más o menos eficaz contra la islamofobia que ha crecido a partir del 2001.

Pero el libro tiene una desventaja, quizás una gran desventaja: lo escribió un académico de la Universidad Hebraica de Jerusalem y si no es judío al menos si es simpatizante de ellos y ha dedicado la mayor parte de su trabajo a esclarecer los lazos entre el nazismo y el islamismo. Esta desventaja puede hacer pensar a mas de uno que se trata de propaganda pro sionista y que se circunscribe a los trabajos de justificación y engaño mundial en que trabajan los judíos, que es propaganda pues. Expresiones que se encuentran en todas partes, desde las constantes declaraciones de Ahmadinejad, en el boicot de actos académicos porque se sienten agraviados unos aunque pueden agraviar a otros (como aquí) o en la misma Universidad Autónoma de la Ciudad de México (ver acá).

Así que es difícil que lo lea alguien que defiende a rajatabla a los Palestinos lo lea (ojo, nadie ha justificado la existencia del Estado de Israel, ni los desplazados, los territorios ocupados, ni nada de eso, solo he establecido la relación que sí existe entre islamismo y nacionalsocialismo), y si lo llegare a leer me parece difícil que lo tomara en serio o que no sospechoseara que se trata de propaganda pro israelí. Es pues un libro que será leído solo por quienes ya tienen el interés -y probablemente la simpatía- por la parte demonizada del conflicto, pues como me decía el Dr. Jean Meyer hace unos días no sirve discutir con fanáticos, y es desesperante informar más y mejor a quienes ya están informados, pero no se puede hacer más.

Crean lo que quieran, pero al menos deben informarse más y mejor de todos los aspectos de una situación histórica y antes de lanzar epítetos y acusaciones asegurarse de que no incurren en el mismo fatal error, como decir que los judíos son unos nazis cuando de hecho los palestinos lo fueron y con mucho gusto. 

Y ya, espero que el próximo mes mi reseña sea incendiaria pero no tan deprimente como esta. También cosas de fotografía llanera pronto. Saludazos.

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