jueves, 26 de mayo de 2022

Contra argumentación y la Sociedad de Baile Clandestino

 O por qué la contra argumentación no tiene que ser simétrica. 

Viendo el nivel de argumentación y contra argumentación en algunas redes socio digitales me he ido dando cuenta de un fenómeno curioso. Cada vez que alguien plantea una crítica o hace alguna observación a las ideas o posturas de otros no pierde la oportunidad de aderezarlo con elementos innecesarios que en el fondo son falacias típicas, que van desde el Hombre de Paja, la Carga de la Prueba o de plano el Ad Hominem

Esto es relativamente normal en la disputa de las ideas y las discusiones, aunque puede ser considerado un exceso que entorpece la comunicación al añadir más de lo estrictamente necesario o introducir argumentos y temas que añaden poco o nada a las críticas ya planteadas. Pongo un ejemplo imaginado: 

X plantea una crítica: "Oiga, me parece que su argumento es flaco porque olvida tales y cuales variables y no ofrece buenas razones para considerar que de eso se sigue esto. Debería tener más cuidado con sus argumentos porque son sumamente deficientes simulando ser áridos".  

A lo que Y responde: Sí, mire, flaca es su racionalidad porque tales y cuales cosas a mi no me interesan y para demostrar que de eso se sigue esto, usted me lo tiene que demostrar porque lo sacó a colación, y ya para acabar, árida y deficiente tiene la mente y debería cuidarse usted.

Caricaturizo, pero no demasiado. 

Es como cuando en la Sociedad de Baile Clandestino alguien lanza un reto de baile y despliega algunos pasos iniciales para iniciar el combate, sin embargo el que es retado no tiene que imitar siquiera aproximadamente dichos pasos, más bien tiene que superarlos. Si el único recurso que la persona retada tiene es la de la imitación, entonces no tiene mucho con que combatir el ataque, no tiene una idea de cómo o por qué debería defender su baile, o sus ideas. 

En la batalla de baile, como en la batalla de las ideas no basta con remedar lo que hacen los demás, lo que hace falta es desplegar otros pasos, otras ideas y ampliar o acotar la discusión, pero no se trata de expresar, un baile o un argumento que sea exactamente igual que el que nos han lanzado, sólo que en sentido contrario, no tenemos por qué regresar, paso por paso, argumento por argumento, simétricamente, podemos imaginar otras maneras de responder, necesitamos imaginación, no sólo técnica. 

Si ante la crítica, con elementos justos y/o injustos, respondemos punto por punto, "regresándole" punto por punto al interlocutor, hacemos una argumentación simétrica o isomórfica, pienso que la argumentación está perdida, más bien hay que ofrecer mejores argumentos, ampliar la discusión si es necesario o acotarla cuando hace falta. Si nos las regresan así, podemos olvidarnos de tener una conversación medianamente constructiva. 

En el fondo es un "ojo por ojo, diente por diente" con cierto refinamiento –aunque la verdad no mucho– discursivo y semi argumentativo. 

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