lunes, 9 de marzo de 2015

Nunca digas "eso en la vida real no me servirá de nada" parte 1

Siempre fui malo para química, o tal vez tuve muchos maestros malos, porque después de muchos años me di cuenta de que, aunque en esencia muchos de los químicos fotográficos que ahora se consiguen para revelar películas y papel son como una sopa instantánea, sólo hay que agregar agua a la temperatura adecuada y poner la Parte A con la Parte B y revolver hasta que quede todo disuelto, y algunas veces incluye un catalizador que hace más rápida la reacción o la hace mas lenta, la Parte C, pero que no cambia mucho el resultado, y para todo ello hay algunas operaciones químicas básicas que hay que dominar o entender por lo menos superficialmente. 

Un ejemplo que se me ocurre ahora es la diferencia entre usar una disolución de revelador T-Max de Kodak de 1x1 contra una disolución de 1x3, máximo recomendado, pero en épocas de carestía se puede hasta usar 1x5 y todavía sale algo decente. Es decir, una disolución de una parte de revelador con una parte igual de agua da según esto, los mejores resultados, los negativos quedan mejor definidos y los contrastes son mayores. 

Entre más agua añadas a la disolución dicha definición se va perdiendo hasta que queda todo como "nublado", o con bordes difusos y poco contraste, eso paso cuando usas una disolución de una parte de revelador por cinco de agua, y se supone que una parte de revelador por tres de agua es el medio justo para obtener un revelador que sirva para muchos tipos distintos de negativos expuestos de muchas maneras: sobrexpuestos o subexpuestos, o normales. 




Estas fotos son dos ejemplos de un negativo mal conservado, pero que fue mal revelado con una disolución o muy vieja o muy mal hecha, donde se ve claramente ese velo o nublado indeseado.

Otra cosa que cambia es el tiempo que se necesita para revelar el negativo, con una disolución de 1x1 no toma más de 5 minutos y pocas vueltas en el tanque, una de 1x3 puede tomar hasta 7 minutos, una de 1x5 hasta 10. Y hay que añadir 30 segundos cada vez que re-utilizamos el revelador. También, entre mas viejo o cansado se vuelve el químico en la disolución los negativos van quedando cada vez menos definidos y "nublados".

Todo eso me lo enseñó uno de los fotógrafos de la Gaceta UNAM, hace años, decía que era mejor usar una disolución de 1x1 una sola vez, desecharlo y hacer nuevo revelador para cada rollo. Claro, hace años de eso, cuando había mayor abundancia de químicos fotográficos y me lo explicaba mientras fumaba y hacía sus disoluciones, es decir, maniático y llanero. Don Roberto, que era mi maestro no estaba de acuerdo con ese enfoque, el pensaba más que había que hacer disoluciones más versátiles, como la de 1x3 y aprovecharlas lo mejor posible, claro, sin exagerar. 

Lo que resulta muy cómodo, usar una disolución normalizada o estandarizada para muchos tipos de películas te quitaba de muchos problemas porque en esa época de relativa bonanza de químicos, la mayoría de ellos ya estaba normalizados u estandarizados para revelar una amplia gama de películas o de papel, no había muchas diferencias entre unos y otros y los resultados eran de buenos a aceptables pero era difícil encontrar papel, película y químicos muy específicos. Esta normalización es una razón más para pensar que eran como una sopa instantánea, como de hecho lo es el T-Max. 

Ahora que es más difícil encontrar químicos para la fotografía he tenido que revisar algunos de los libros que tengo donde explican como hacer mezclas caseras o buscarlas en internet o algún tipo de sustituto (como acá y acá), y me doy cuenta de que tener conocimientos un poco mas serios de química sí me hace falta, pero eso en la secundaria y en preparatoria era difícil de ver, y mas si me llevaba mal con la mayoría de los maestros química, sólo el buen Tiburcio y el hermano de Taf me supieron explicar bien algunos de los conceptos fundamentales y lograron atrapar mi interés brevemente. Si a eso añadimos que en esas épocas yo tenía a la mano buenos laboratorios, bien equipados y con buenos químicos nunca pensé que lo que hacia tenía tanto que ver con la química. 

Y seguramente podría explicar mejor lo que medio conté anecdóticamente en esta entrada. 

Además, resulta un poco deprimente porque por lo que veo en estos libros, cada una de las mezclas que explican y los resultados que se espera obtener cuando se utilizan las películas adecuadas para cada una de ellas me hace darme cuenta de que, aunque existía esa relativa bonanza y abundancia de químicos, papeles y películas no había una variedad tan amplia, la mayoría de los procesos ya estaba normalizado, estaba en pleno proceso de hacer sopa instantánea, y años mas tarde se volvería una actividad mas complicada y cara aun cuando la fotografía digital en sus inicios daba resultados mas o menos malos, pero se terminó por imponer, y por mejorar, hay que admitirlo. 

Hay que saber no sólo hacer disoluciones, sino a manejar las sustancias, saber distinguir un sulfato de un sulfito, qué se puede mezclar con qué, porque aunque uno tenga a la mano un libro de "cocina" fotográfica siempre es mejor saber que estas haciendo. Además, no todos los materiales que mencionan estos libros están disponibles, ni siquiera en las tiendas de fotografía como antaño, sino que habrá que buscarlos en otros sitios y la idea es hacer fotografía no veneno, ni Agente Naranja ni bombas ni nada de eso.

Luego escribo la segunda parte de esta entrada. 

2 comentarios:

Juchiteca dijo...

¿no has intentado revelar con caffenol? Tal vez es algo hipster la idea, pero tiene buenos resultados. El problema es dar con la receta ideal.

http://www.caffenol.org/

ignacio bazan dijo...

Juchiteca, como siempre traes aportaciones precisas e interesantes. La verdad no había considerado seriamente las mezclas más caseras pero siempre son una opción, y hay que saberlas usar. Es decir, que no haya por ahí una receta ideal es porque se trata mas bien de un método que cada quien puede desarrollar y ajustar según sus necesidades, por eso mas que receta es un método.

Lo hipster es llamarlo caffenol. En mis tiempos les llamaban revelador y fijador caseros, usando bicarbonato, té negro (que funciona como el café), a veces sosa cáustica, etc.

Le echaré un ojo con cuidado y si doy con algo mas concreto te aviso, pero si tu encuentras una receta sencilla y eficiente, no dejes de compartirla.

Saludazos.