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martes, 11 de enero de 2022

El chiste no es ver hacia el futuro sino al pasado

Me acabo de acordar de la Teoría sobre las Doctrinas Secretas de Platón. Básicamente esta teoría dice que Platón tenía una doctrina esotérica p externa, que enseñaba a todos por igual, y que es la que está escrita en los diálogos platónicos. Y una teoría interna, secreta, de la que sólo hablaba con sus discípulos más cercanos y que jamás escribió. 

Así queda, esquemáticamente, diferenciada una de otra, la pública es lo escrito, lo secreto, y de mayor importancia, sólo se puede hablar y memorizar. Pero, ¿cuál es el fundamento de esta teoría? (Y disculpen que no cite a los principales exponentes de dicha teoría, pero no tengo los libros a la mano). 

Bueno, pues que Platón dice por aquí y por allá, en realidad en muy pocos lados, que tal o cual aspecto de su filosofía ha sido discutido en otra parte –sin aclarar en qué otro diálogo o texto–,y que no es necesario escribirlo. Y como se supone que conocemos casi todos los textos platónicos, ya sea por las distintas transcripciones que nos han llegado, ya sea por los comentaristas o las menciones de otros filósofos e historiadores, podemos colegir más o menos qué diálogos tienen referencias y cruzadas y ahí, donde están los huecos, ya sea porque no conocemos el diálogo en cuestión, o porque no se conservó adecuadamente o porque no lo escribió, dicha ausencia da pie a la sospecha sobre esta doctrina secreta. 

No importa que la filología y reconstrucción histórica de las doctrinas filosóficas, y de todo tipo, que son muy antiguas constantemente se encuentren con lagunas en el texto y que haga falta hacer intervenciones en este, como identificar añadidos, líneas espurias, comparar y completar distintas citas de distintos autores en distintas épocas. No, la mejor manera de abordar la cuestión es con una teoría meta textual que dice que lo que no hemos hallado es aquello que  Platón no ha escrito, y la razón por la cual dice que lo ha discutido, pero no lo ha escrito, es porque deben ser sus teorías secretas, que sólo compartió con sus discípulos más cercanos y eran de suma importancia, pero eso sí, que había que mencionar de vez en cuando quién sabe para qué...

Todo esto hizo que me diera cuenta que es importante no ver al futuro sino al pasado, o hacer como que ves al pasado. Me explico. 

Cuando uno escribe una tesis o un artículo académico cuando el trabajo sobre los puntos pendientes nos excede en pericia o la información que tenemos a la mano, generalmente hay que jugar a la modestia y usar frases como que tal tema queda pendiente para un mejor momento, o que desarrollarlo hasta sus últimas consecuencias necesitaría un espacio o formato que excede al que tenemos disponible en ese momento. o que quizás en el futuro podamos volver al punto y desarrollarlo como es debido o el tema lo amerita. 

Vemos hacia el futuro, algún día lo escribiremos, lo señalamos para el futuro. 

Ahora que me acordé de lo de las doctrinas secretas de Platón se me ocurre hacer todo lo contrario. Debemos ver al pasado, o simularlo. Cuando lleguemos a un punto como ese hay que detenerse y alardear, mencionar que ya lo hemos desarrollado y que no hace falta volver a escribirlo, sólo tener en cuenta que eso mismo, lo hemos desarrollado completo, hasta sus últimas consecuencias y con el afán preciso y suficiente, y que no hace falta volver a escribirlo, sólo mencionarlo. 

Lo importante es no decir dónde esta desarrollado ni referir fuentes o citar nada. Basta con señalar que está hecho, y como una promesa o un compromiso con ese supuesto trabajo del pasado, tenemos que apurarnos a establecer la notas, desarrollar el texto, dar las conferencias y clases. Así, en el futuro lejano que alguien encuentre nuestros textos, aunque no sepa en dónde, esté seguro que tarde o temprano dará con el pasaje indicado del texto en cuestión para aclarar eso que ahí aparee sólo mencionado, de pasadita

No hace falta la falsa modestia, pero si es necesaria una buena memoria para recordar todas las cosas que dijimos que ya hicimos y pues, hacerlas.  

martes, 9 de agosto de 2016

No soy booktuber, pero como sí lo fuera, va esta recomendación, reseña, comentario. 

Resulta que re-editaron esta novela que ya había reseñado:

¿Por qué no dijiste todo? de Salvador Castañeda.

Es una buena oportunidad para conseguirla y leerla, aunque tenga una portada espantosa digna de los libros de Carlos Trejo sobre Cañitas, si quitamos eso, sigue quedando un libro fundamental para entender la profundidad de la represión en México desde los 70, la guerra sucia que comienza en el 68 y sigue hasta nuestros días. 

Sin animo de ofender a nadie, lo que ha pasado recientemente en Iguala o Nochistlán son sólo dos muestras más del terrorismo de Estado que hemos experimentado por mas de 40 años, incluso más de 50 o 60, tal vez el México en paz ha sido sólo una ilusión todo este tiempo, la violencia y la brutalidad del crimen organizado no es una particularidad de este tiempo, mucho menos la represión y la violencia del Estado. No necesariamente Iguala o Nochistlán son las peores acciones represivas o las más significativas, pero si han sido las que ha pusieron a la vista de la mayoría que esas cosas pasan, y lamentablemente pasan más veces de las que nos gustaría admitir, de algunas nos enteramos mucho después cuando no hay nada que hacer. 

La anécdota de la novela es brutal y apachurra el corazón, y la sigo recomendando por las mismas razones que la vez pasada: si tienen ganas de saber qué o cómo es el proceso de un arresto después de estar en la clandestinidad y en la guerra de guerrillas, encontrará aquí una descripción fiel de la tortura física y psicológica a la que sometían a los presos políticos, aunque ahora lo siento un poco aligerado, tal vez porque tenemos más información que surge de varias fuentes, y son mucho mas descarnadas y directas que lo que era posible publicar en México en la década de los 80. Pero sobre todo para tener una idea de qué sucede con los prisioneros políticos y que puede iluminar en algo a todos esos pretenciosos luchadores sociales que se quejan de la inmovilidad de otros, pero que me parece muy difícil que realmente estén dispuestos a pasar a la clandestinidad y atreverse a soportar todas las formas y posibilidades del horror y la tortura de la que es capaz el Estado y sus policías, públicas y secretas. 

A todos esos jóvenes que creen que sus luchas organizadas no tienen nada que ver con los movimientos sociales de los 50, 60, 70, 80, simplemente porque ahora hay redes sociales y porque vivimos en un país aparentemente democrático y una sociedad abierta, tienen que reconocer en esos otros movimientos que abrieron la vía para que ahora ellos puedan salir a protestar y manifestarse –y a veces a desplegar su inmensa ignorancia sobre los movimientos sociales que los antecedieron y el sentido y contexto de cada una de esas luchas, sus sacrificios, etc.–. 

Pero no se trata de sermonear o ponerse de auto suficiente y mostrar una supuesta superioridad moral e intelectual como hacen aquellos que critico y que pienso que no les vendría mal leer este libro, solamente la invitación a leer una magnífica novela, que entretejida con la trama de la misma tiene mucha información valiosa sobre movimientos sociales de México que vale la pena considerar antes de rechazarlos por ignorancia, ya sea desconocimiento o por mala fe. 

jueves, 15 de enero de 2015

Coincidencias curiosas

Pero con sentido y explicables. 


I
Hace una semana de lo del ataque al semanario satírico Charlie Hebdo. No escribí nada de inmediato porque había mucho que reflexionar, comentar, leer, averiguar, sobre el hecho. Hubo reacciones que lamentaron los hechos y condenaron la violencia, hubo reacciones que lamentaron la violencia pero condenaron a los muertos -justificando directa o indirectamente a los asesinos. De pronto todos se volvieron expertos en el tema, y con ver las portadas seleccionadas contra el Islam, o que ilustraban con el profeta Mahoma para decir que es una revista islamófoba (cuando hay cientos de portadas contra los judíos, el cristianismo y los liberales, pero esas portadas nadie les dio ningún tipo de peso). Pero no pienso moralizar ni sermonear ahora, solo aclarar algunas cosas.

También me tarde en descubrir que Charlie Hebdo era la reencarnación de un periódico más viejo, el HaraKiri y el Hebdo HaraKiri. Mi padre tiene desde hace años libros que recopilan materiales de los 60 y parte de los 70. Sí, es soez, sí, es de mal gusto, pero no centra su atención sólo en un grupo de población, religión o política, mas bien, por la época su posición era izquierdoza mala leche libertaria ideológica y sexualmente -sí, esos valores que muchos países musulmanes consideran "decadentes" de occidente y que los regímenes autoritarios y totalitarios de izquierda y derecha rechazan-. En pocas palabras: luchaban en los 60 y 70 por una sociedad abierta, como diría Popper. De su segunda época, como Charlie Hebdo, no se mucho, solo que su nombre viene de dos cosas: una anécdota de política local (Charlie por una broma póstuma contra Charles de Gaulle -que los combatió hasta su muerte-, y porque aparecía la tira cómica Charlie Brown en ella, o sea, era por el "Charlie Brown semanal"). 


II
A raíz de las defensas y los malabares teóricos de algunos sectores radicales de izquierda, que combaten la islamofobia pero participan con gusto de la judeofobia, he pensado mucho en un texto concreto que desarrolla argumentos a favor de "Las Víctimas Propiciatorias", en términos simples es como cuando alguien dice "si las violan es porque se visten de manera provocativa", y en vuelto en un marisma de lenguaje políticamente correcto, medio pusilánime, pero que encubre de manera mas o menos eficaz el odio que conduce todo el texto.

El texto en cuestión ofrece muchos argumentos a favor de la tesis de "Las Víctimas Propiciatorias" (ese que dice que lo que le pasa a la gente o ciertos grupos sociales es porque se lo buscaron, algo han hecho, algo tienen, dicen, piensan; o son de alguna manera que provoca que los demás los odien, ataquen, roben, violen, maten, etc.). Ofrece hechos anecdóticos personales para fijar una postura que universaliza, y además: moralizante -acompañado, por supuesto, por esa supuestamente superioridad moral e intelectual-. Ofrece pruebas y antecedentes que sirven a su causa, lo que en lógica se llama Cherry-Picking o Sharp Shooter, es decir, usar sólo las evidencias que sirven a la tesis y rechazar o de plano ignorar las que la contradicen sin ofrecer argumentos o contra argumentos.

No, no son los textos que justifican la matanza en el semanario Charlie Hebdo de hace una semana, esos que hablan de la libertad de culto o de conciencia como si fuera superior a la libertad de expresión, que empatan una respuesta sumamente violenta -físicamente- a la sátira, por muy violenta que sea -en un nivel intelectual- como si uno pudiera transgredir esas diferencias y justificar un ataque a´si por lo que uno escribe. El texto al que me refiero es Mi Lucha de Aldolf Hitler. 

Todo mundo odia a Hitler, y que te comparen con él o te llamen nazi, cada vez con mayor ligereza, es una de las cosas mas odiosas y ofensivas en el mundillo del activismo político e intelectualoide. Sin embargo, me llama la atención que con malicia, o por ignorancia, muchos de los paralogismos de Hitler se repiten sin ton ni son por todos lados, incluso, o sobre todo, por gente que dice detestar a Hitler, el nazismo y toda expresión política o cultural que defienda una supuesta superioridad racial de unos sobre otros, pero que coinciden en una cosa: el odio, a los judíos, al imperialismo, miedo y odio a los otros, a los diferentes, esos que son causa de nuestras desgracias, las conspiraciones internacionales de sociedades secretas, etcétera. 


III
Una manera inteligente de combatir la islamofobia no es promover la judeofobia como hacen algunos izquierdozos e intelectualoides y el Islam radical, por el contrario, sino que es recuperar el concepto de antisemitismo, que algunos descerebrados creen que se puede "desarmar" o rechazar con el argumento de que no hay "antisemistismo" en el ataque disfrazado de crítica contra los judíos, porque los árabes también son -o son más- semitas que los judíos. Pues por eso: si judíos y árabes son semitas, y sea judeofobia o ya sea islamofobia, responden a lo mismo: al antisemitismo, pues es el rechazo a los otros, a los pueblos semitas, árabes y judíos. Que curiosamente hasta después de la Segunda Guerra Mundial, el principal promotor del antisemitismo contra los judíos habían sido países europeos que hoy también promueven el antisemitismo contra los árabes musulmanes. 

Para ver como la islamofobia opera de la misma manera que la judeofobia, una razón más para hablar de antisemitismo, recomiendo dos libros con el mismo título: La cuestión judía, la de Moses Mendelssohn y la de Karl Marx. Cabe aclarar que la "cuestión judía" se refiere al problema que significa cómo relacionar el Estado Moderno europeo con los grupos de población judíos en Europa en los que no confían porque no se "asimilan" y porque están marginados y se les tiene miedo (mitos difamatorios como que envenenaban pozos o el crimen ritual). ¿Suena familiar en el siglo XXI respecto a las comunidades no asimiladas de musulmanes en Europa que amenazan al Estado y la cultura occidental? 

Y también, en uso del lenguaje políticamente correcto, o indirecto, cobarde y tenebroso del nazismo, la "Solución final" del nazismo es la solución final a esa "cuestión judía" y alguien con tres dedos de frente y un mínimo de calidad moral sabe lo que eso significa, porque luego están los revisionistas y negacionistas que dicen que la Shoa no pasó, o que ya hablan del "Holocausto Palestino" o de los "pogroms contra los árabes" como una estrategia política e ideológica de "abrir" al mundo árabe categorías que originalmente servían para describir el abuso y el horror que sufrieron los judíos en Europa. Sobre el lenguaje políticamente correcto, encubridor y justificador, así como la gratuidad con que se usa y acusa de nazismo a los adversarios políticos, en fin: la "banalización del mal", recomiendo Eichmann en Jerusalén de Hannah Arendt. 

Y sobre el desarrollo del antisemitsimo, pero también de las simpatías árabes musulmanes con el nazismo, e incluso su cooperación, de la misma Hannah Arendt Los Orígenes del Totalitarismo, en el que desarrolla y analiza con profundidad la falacia de "Las Víctimas Propiciatorias" y de cómo se sirvió el régimen nazi de ello casi tanto, o más, que del mito ario de superioridad racial. En el mismo sentido de ese último punto El mito nazi de Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy es iluminador. 


IV 

La explicación que puedo dar es que en el fondo lo que pasa es el "Síndrome Micky Vainilla", personaje de Peter Capusotto, que no a todos les causa risa, no porque lo que presenta presente un desafío o provoque el desacuerdo, sino porque refleja lo que muchos piensan (de derechas, izquierdas, intelectualoides, militantes, etc). 

Como este video:


este otro:


este: 


o este: 




En fin, coincidencias curiosas, provocadores mendaces y cobardes que no sólo usan el lenguaje políticamente correcto que encubre y disfraza pero que si se analiza un poco hace visible mucho más de lo que se quiere, sino que repiten viejos y manidos argumentos de quienes, se supone, son sus antípodas políticos. 

Weas que no veas.

lunes, 8 de diciembre de 2014

El 18 Brumario de Luis Bonaparte para legos Pt. 3

La entrada anterior explicaba algunos elementos del 18 Brumario y de por qué era importante re-leerlo ahora y de como es una de las piezas clave del pensamiento marxiano sobre la filosofía de la historia. Y de cómo a partir de éste podíamos hacer algunas críticas a los distintos movimientos sociales de este momento. Ahora señalaré algunas de las razones por las que es criticado/ble y detestado, especialmente por Jorge Cuesta. 

1.
Lo que Cuesta no soporta de Marx es no sólo la idea marxiana de que la historia tiene como único fin la revindicación de la clase obrera y de sus demandas de justicia social y de distribución de la riqueza. Parte de una crítica que no está del todo errada, pero que pone en evidencia las dos fobias de Cuesta: la religión y el proletariado y sus líderes. 

Digo que no está del todo errada porque la teleología de la historia marxiana, ese gran fin de la historia que es llegar al comunismo con justicia y y paz para todos, es ciertamente una especie de discurso religioso, aunque esté formulado a partir de supuestos y planteamientos cuasi científicos, hay veces en los que el método científico de Marx señala relaciones de causas y efectos muy acertadamente, pero falla en establecer las razones que dichas concatenaciones deberían derivar en lo que él dice que deberían derivar. Es decir, es bueno haciendo deducciones, pero pésimo con las inducciones. 

Jorge Cuesta era un intelectual muy peculiar, era científico y ateo, por lo cuál era fácil que advirtiera la contradicción entre el tratamiento científico de la historia al mismo tiempo que plantea que ésta respondiera a un plan mayor, que se dirigiera a un final inevitable. Su ateismo lo llevaba a detestar todos los rastros de una religión subvertida o transformada en una filosofía que daba esperanza a los desvalidos y a los desposeídos. Que tan clasista y que tan pequeño burgués pueda ser considerado Cuesta no lo sé, porque al mismo tiempo no toleraba a otros intelectuales más conservadores y alineados, tanto como a los más revolucionarios. Era una persona muy complicada. 

Un elemento que está muy poco estudiado, e incluso reconocido por los marxistas, son los elementos de influencia de las religiones católica y la judía. Si bien es cierto que Marx rechaza la religión, eso no quita que haya elementos, tonos, expresiones, etcétera de la religión cristiana, incluso de la judía, algunas cosas muy específicas de la Tora y de cábala. Porque, aunque a muchos de los izquierdosos les duela en el alma, Marx venía de una familia judía intelectual mas o menos acomodada, que renuncie a su herencia cultural y sus tradiciones es una cosa, que efectivamente se haya desprendido de algunos esquemas mentales, es otra muy diferente. Por eso hasta hace poco no se hablaba mucho de esa línea de pensamiento marxiano que es indudable que está ahí.  

2.
Ese es otro motivo de crítica, y a veces hasta de burla, como decía en la primer entrada, el pensamiento marxiano no es lo mismo que el marxismo, y apenas de unos años para acá se ha venido dirimiendo la diferencia, pues antes estaba efectivamente cooptado por los marxistas y estaba mal visto el estudio directo de Marx sin el contexto del marxismo, ser un revisionista era lo peor, no sólo un estigma intelectual sino que te podía mandar al Gulag (hoy día todavía hay quienes acusan de otros de trotskistas o maoístas como si fuera el peor anatema y estigma que exista). 

Dentro del marxismo dogmático, militante y organizado, que le causaba repulsión a Cuesta, hay, o había, un grupo dominante, que eran los líderes y que conducirían a los proletarios a la consecución de ese gran fin de la historia, o debería decir Gran Fin de la Historia, que es el comunismo, o el Comunismo, solo que antes hay que llegar al Socialismo, a partir del socialismo utópico a través del socialismo real, y no hace falta recordar los pésimos resultados de eso en tanto que fue real o práctico. 

Este dominio de una nueva clase o grupo es inherente al marxismo y tal vez propiciado por el propio Marx, pues si la historia tiende a ese gran fin, cabe esperar que todo lo que los líderes hagan por la consecución de dicho fin, aunque ahora, en este mismo momento parezca equivocado, no lo es, porque irremediablemente nos llevará a ese fin. Y eso pensando en que los líderes pudieran ser cuestionados ante algo que "aparentemente" está mal, porque la tendencia más bien era que los líderes siempre sabían lo que hacían e irremediablemente, aun con críticas y sabotaje de las naciones y potencias enemigas, el Gran Fin de la Historia era inevitable, y que mientras llegábamos a eso los que mandaban debían mandar y los que obedecían debían obedecer. Esa especie de secta dogmática que según Cuesta está en perfecta armonía con el discurso místico o religioso encubierto del marxismo...

3.
Otra de las razones por las que el 18 Brumario es sumamente criticable es su tono de admonición y su notable contenido coyuntural. 

Las ideas que he expuesto en estas tres entradas parecen muy elementales para un librito de casi cien páginas, bueno, no es un librito, es un ensayo que Marx escribe para una publicación de la época, mas bien ha cobrado relevancia por lo que decía de la cristalización del pensamiento marxiano de la filosofía de la historia, y que esa misma claridad y pieza central permitió al marxismo justificar mas de una barbaridad. 

La cosa es que mucho del texto se refiere a hechos históricos del pasado y de como los va relacionando con los hechos de la historia reciente de su momento, y a pesar de ello, las tesis fundamentales del texto se han mantenido con el paso de los años, porque Marx no era tonto, aunque sí tenga sus puntos débiles y criticables, pero es coherente con el resto de su pensamiento y lo coyuntural está como un ropaje que a veces puede parecer incómodo y no deja mucho espacio para lo importante, pero lo importante ahí está.

A manera de conclusión: 
No lo tomen a mal, yo soy de la idea de que Marx y su pensamiento sigue te mucha vigencia, mucha más de la que los dogmáticos a favor se imaginan, y mucha más de la que los dogmáticos en contra quieren reconocer. Peor mi idea es muy clara: hay que estudiar a Marx directamente y al marxismo como una pieza histórica pero no como una interpretación válida y establecida. 

Nota muy personal: 
Releyendo el 18 Brumario en el tomo de mi padre de Obras de Marx y Engels, con solo ver la tipografía y la formación de la página tuve un flashback de cuando lo leíamos en los círculos de lectura con mis amigos del Colegio Madrid en secundaria, y que la primera vez que alguien me habló de Marx fue mi padre cuando era chico, tenía un póster de Marx enfrente de su escritorio y alguna vez le pregunte si él y Jesucristo eran la misma persona, ese día me platicó de lo que era el capitalismo y el socialismo, todavía existía el real, debe haber sido el 87 u 88... Creo que en el fondo las interpretaciones dogmáticas de ambos pensadores no están tan lejos la una de la otra.

También pensé en una chica que conocí hace poco pero que es prima de un buen amigo, y que le parecía de lo más extraño que tuviéramos un círculo de lectura en la secundaria en vez de haber formado un equipo de fútbol, cuando le recordé que desde entonces conozco a su primo, dijo que todo tenía sentido. Debería llamarla no más para saludar. 

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El 18 Brumario de Luis Bonaparte para legos Pt. 2

Olvidé decir la entrada pasada por qué había decidido escribir esa breve y chocante explicación del 18 Brumario, que es la obra mas clara y concreta del pensamiento marxiano de filosofía de la historia y por eso es importante estudiarlo, y que tiene algunos de los mejores pasajes de Marx. 

1.
Sucede que últimamente se cita mucho sin ton ni son, todos hablan de los hechos que se repiten una vez como tragedia y otra como farsa, comparando los distintos momentos de revoluciones en México y de movimientos sociales como el que vivimos en este momento. Yo un vez ya había ensayado una broma sobre eso, cuando apareció el Más de 131 y posteriormente el #YoSoy132, dije que era como la farsa del movimiento del 69 y del CNH, por no mencionar al CGH del 99, pues cometían un error fundamental que Marx señala en el 18 Brumario: ignorar la historia. 

Ya fuera por ignorancia o por soberbia, ambas características muy propias de la juventud, los participantes de dicho movimiento dijeron hasta la saciedad que era un movimiento horizontal, sin líderes, apartidista pero no apolítico, y que estaba muy fuertemente vinculado con las redes sociales. Es obvio, no hay manera de negarlo, pero porque es una perogrullada, en el 68 una computadora ocupaba el todo un piso de un edificio, cómo pensar en teléfonos inteligentes conectados a internet y a redes sociales. 

Pero las diferencias no se queda en lo superficial, pues en ese entonces, en el 68, había redes sociales, sólo que estaban en la calle. El movimiento estudiantil difícilmente hubiera logrado tanto si no se hubieran unido sindicatos- los ferrocarrileros notablemente-, y ciudadanos de todas partes -Tlateloco era una comunidad que apoyó a los estudiantes del Poli mucho, no era sólo una unidad habitacional, era una comunidad, una unidad social. Los lazos de entendimiento y colaboración que tejió el movimiento estudiantil es lo que originalmente era llamado "redes sociales" no la wea esa estéril del iLiketivismo y el RT-revolucionario. 

Pero además es falso que haya sido la primera vez que la gente de la Ibero se involucró activamente en un movimiento social que se opusiera al gobierno, tal vez sea la primera vez que lo inició, pero en el 68 participaron en el movimiento y apoyaban al CNH, es hora de librarse del prejuicio de que porque son de clase media, media alta o alta no puedan participar de un movimiento social, solidarizarse con otras causas o estar en desacuerdo con el gobierno, el viernes negro de EPN en la Ibero lo demuestra, pero también su participación en el 68.

Las diferencias entre un momento y el otro son obvias, no hace falta señalarlas, como tampoco hay que exagerar las semejanzas para que una absorba o disminuya a la otra. Pero de ahí a que una generación sea mejor que la otra y que una vaya a lograr todo lo que la otra no logró es una exageración... juvenil, ingenua. 

También se repite mucho en estos días por todas partes que esta es la generación de mexicanos que logrará todo lo que las anteriores sólo se atrevieron a soñar y tal vez ni eso. Esta es la buena. 

(Pensábamos igual en el 94, déjenme decirles). 

2. 
Ninguna generación y sus respectivas luchas surgen de manera espontánea ni sus características y circunstancias son del todo inéditas, mas bien son resultado de las luchas y circunstancias de las generaciones anteriores, por eso los movimientos más recientes al olvidar o ignorar todos los antecedentes, malos o buenos, exitosos o fracasados comenten errores fundamentales, que por ejemplo, en el caso del Más de 131 derivó en su rápida disolución y que el #YoSoy132 terminara conformado por los mismos colectivos de siempre que llevan años en la lucha y a los que golpean de vez en cuando, les rompen las pancartas, van todos los 2 de octubre a marchar y se unen a cuanta causa noble se les atraviese esa semana. 

Como dije en el punto anterior: no porque el movimiento de Mas de 131 empezará en la Ibero lo hacía mas efectivo ni mas poderoso, ni se desvirtuó ni ganó legitimidad cuando se convirtió en la asamblea general de #YoSoy132, eso suena mas a prejuicios clasistas que a conciencia de clase.

Cuando dije que lo consideraba como la farsa del movimiento del 68 no pocos se rasgaron las vestiduras y me gritaron que era un intolerante, viejo amargado ignorante, y no se cuanta cosa, y nunca pude explicar a qué me refería. 

Porque una de las partes mas maravillosas del 18 Brumario, y quizás unos de los pasajes mas geniales y maravillosos de Marx está en la parte en la que habla de los espectros y de los muertos del pasado, de la historia que presionan a las nuevas generaciones y que son opresivos porque impelen a no cometer los mismos errores y a cambiar las estructuras sociales, y que esta se irán agudizando conforme la historia se desarrolle. Así el pasado vuelve una y otra vez, como actualizado, pero es solo lo mismo en lo mismo pero peor, mas catastrófico. La historia tiene sus ciclos y es necesario conocerla para saber cómo superar los obstáculos que las generaciones anteriores no pudieron. Así que, si esta generación es la efectiva, logrará muy poco si sigue ignorando y pasando por alto lo que las generaciones anteriores hicieron por ellos. 

A riesgo de que me digan que soy peor que Hitler y Diaz Ordaz dándose un beso negro mientras matan a batazos a una foca bebé, solo añadiré esto: la generación del Más de 131 y de #YoSoy132 hubiera tenido muchas menos posibilidades -o acaso ninguna- de manifestarse (mas o menos) libremente y sin sufrir represión (abiertamente) si la generación del 68 no hubiera empezado con la lucha y logrando pequeños triunfos y una sociedad cada vez más abierta aunque hayan quedado pendientes montones de cosas que entre el 2 de octubre, el Halconazo y la Guerra Sucia que siguió interrumpió, pero no eliminó esa lucha social. 

El riesgo es volver al autoritarismo y a una sociedad cerrada, y si esta generación cree que puede lograr todo lo que las anteriores no pudieron sin detenerse a reflexionar en los aciertos y fallos de las generaciones anteriores están más que pendejos, y están llevando al fracaso a un eslabón que se debería conectar con la siguiente generación, y que si son capaces de darle continuidad no tendrán que empezar desde cero, o creer que hay que empezar desde cero, cada generación recibe de la anterior una serie de fracasos y demandas insatisfechas, pero también mejores circunstancias para lograr cambios efectivos y más profundos, y que por eso hay que atender a esos espectros del pasado. 

Y ya, ando muy cascarrabias últimamente.

martes, 25 de noviembre de 2014

El 18 Brumario de Luis Bonaparte para legos

Cuando Marx cita a Hegel, que dijo que "los grandes sucesos suceden dos veces", a lo que Marx añade "una como tragedia y otra como farsa" lo hizo pensando en el Golpe de Estado que dio Napoleón Bonaparte y que marcó el final de las distintas formas de gobiernos emanados de la Revolución Francesa, pues termina por imponerse como Emperador. Luis Bonaparte, sobrino de Napoleón, 50 años después, intenta emular la gloria de Napoleón y se lanza a hacer varias guerras, sólo que no tiene el genio político ni militar que su antecesor y parece una caricatura del primero. 

El segundo golpe de estado también es durante el mes Brumario, en una de esas hasta el mismo día. El mes Brumario del calendario que impuso la Revolución Francesa suele coincidir con el mes de noviembre del calendario que usamos nosotros.No sé donde dice Hegel lo que cita Marx, pero es congruente con la filosofía de Hegel.

La idea detrás de lo que dicen Hegel y Marx en realidad describen el desarrollo de la historia, en ambos la idea de historia es teleológica, tiene un fin, hay un desarrollo que hay que cumplir, por lo que se puede entender que la repetición no es tanto una repetición espontánea, sino que las causas o los orígenes de un suceso y del siguiente estaban latentes, soterradas, y eventualmente rebrotan, quizás sí una vez como tragedia y otra como farsa. Puede ser una nueva tragedia si no conocemos la historia reciente y cometemos los mismos errores que en el pasado. 

Según Hegel, en la dialéctica de las tesis, antítesis y síntesis, en esa especie de espiral ascendente hacia el Espíritu Absoluto, la historia (la europea, por supuesto) se repite cada cierto tiempo, los grandes cambios y ajustes son todos una antítesis de lo anterior y dan lugar a una nueva síntesis, que a su vez se vuelve una nueva tesis que habrá que negar, la repetición nunca es exactamente igual, pero la estructura se conserva, las revolucione sy convulsiones sociales responden todas a la misma dialéctica. 

Ahora, pongo un ejemplo más actual de lo que quería ilustrar Marx comparando a los Bonaparte:

El régimen de Stalin combatió a Shostakovich, así que mientras algunas de sus sinfonías más importantes, como su 4ª sinfonía, eran combatidas en su propio país, en otros eran celebradas y enaltecidas, tal vez como respuesta ideológica, en países como en los Estados Unidos, que nunca ofreció ayudarlo a exiliarse ni nada. Ese es el hecho histórico y la tragedia.

La repetición y farsa es que el régimen de Putin combatiera y encarcelara a las Pussy Riot, y que fuera de su país pero sobre todo en Estados Unidos, mas que ayudarlas a enfrentar un juicio injusto, se volvió una bandera políticamente correcta para combatir a Putin, sin importar que tan mal toquen ni que tan malas sean sus rolas, como la Plegaria contra Putin, un hecho de política local fue amplificado a nivel internacional como ariete ideológico. Como con Shostakovich, solo que las diferencias entre la música de uno y otras sea abismal, así como muchas de las características de los gobiernos que los combatieron, y las sociedades que los apoyaron. 

Pero podemos llevarlo a un extremo de caricaturización bananera y tropicalizada: el régimen de Nicolas Maduro combate a Chino y Nacho, porque a ellos los apoya la gusanada de Miami... 

Saquen sus propias conclusiones. 

Nota extra:

Si quieren apoyar o combatir a Marx tendrían que empezar por definir qué es lo que saben de él, si es marxismo, la escuela de seguidores y alumnos que se volvió dogmática y que impulsó el socialismo real y que tiene muchas cosas criticables pero también sus aciertos. O si es realmente el pensamiento marxiano, de primera mano, claro, en caso de que realmente hayan leído algo. Si no, les dejo esta breve lista de obras de Marx muy útiles como introducción al pensamiento (filosófico, político, económico, estético, etc) marxiano:
- Diferencia entre la filosofía natural de Demócrito y Epicuro.
- Tesis sobre Feuerbach.

- Manuscritos de Economía y Filosofía de 1844.
- El 18 Brumario de Luis Bonaparte.
Y en colaboración con Engels:
- La Ideología Alemana.- Manifiesto del Partido Comunista.
Y de Engels (ya sé que dije pensamiento marxiano pero este libro es fundamental):
- El origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado. 
Ya sea para criticarlo o defenderlo habría que leerlo, también este ensayo de Jorge Cuesta del que ya había hablado y otro más: 
- Marx no era inteligente, ni científico ni revolucionario, tampoco socialista, sino contrarrevolucionario y místico. - El marxismo en el poder.
Y pues eso, después pueden leer algunas partes de El Capital, y luego otras cosas, escribió mucho y no todo está superado como sus opositores quieren hacerles creer. Y si de plano les da mucha hueva por lo menos lean el libro de Marta Harnecker Los conceptos elementales del materialismo histórico

Estoy seguro de que todos, o la mayoría de estos textos se consiguen como libro-e, e-pub o pdf. 

lunes, 7 de octubre de 2013

Empezando una doxografía con un fragmento

El rechazo sin ambages y sin matices, ya sea de la filosofía, el pensamiento o el trabajo de algunos autores o de ciertas épocas, es sin duda un síntoma equívoco: puede ser por dogmatismo, o por ignorancia... Aunque en ambos casos el rechazo opera básicamente igual y son igualmente alarmantes, de modo que no sé si realmente se puedan distinguir al final de cuentas. 

Un día de estos empezaré a escribir la Gonadología, será el compendio de las afirmaciones y ataques gratuitos y/o temerarios entre filósofos... pero también incluiré algunas cosas de gente común y corriente.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Bertrand Méheust - La política del oxímoron

Este mes he estado particularmente ocupado con cosas de Radio UNAM y de filosofía, pero no puedo faltar al compromiso que hice al principio del año de reseñar un libro al mes de los que leí en ese mismo mes. Ahora es el turno de comentar algo sobre La Politique de l'oximore, de Bertrand Méheust. 



La verdad es que no me esperaba un texto tan denso para el tamaño del libro, por lo cual se podrán imaginar que se trata de un trabajo abigarrado y lleno de ideas y de nociones que aunque interesantes pueden ser a veces un poco complicadas de hilvanar pues puede ser muy denso y hay algunos otros supuestos y tesis subyacentes en este texto que se refieren a otros: es pues un texto que se ubica en una discusión del autor con otros pensadores. Y debo admitir que es el primer libro de Méheust que leo, así que de ahí lo complicado. 

El libro esta dividido en dos partes según el índice pero en realidad son tres. La primera es sobre un repaso rápido y general sobre la sociedad occidental capitalista actual, y de cómo esa sociedad está agotando sus recursos materiales y abstractos (espirituales, culturales, ideológicos, etc.) para preservar su propia existencia, lo que resulta en una paradoja: cómo podemos conservar precisamente eso que estamos agotando continuamente. De ahí el oxímoron.

La segunda es la explicación precisa de que es esa política del oxímoron para preservar la sociedad que se esta devorando a sí misma, con ideas tales como "desarrollo sustentable" o la "agricultura razonable", inclusión de las minorías y de los grupos marginados, los derechos universales y su precaria relación con los derechos -o más bien los privilegios- de otros grupos de la sociedad; los derechos humanos, las "guerras preventivas", etcétera. Un oxímoron es justa la unión de dos términos contradictorios que dan lugar a una nueva expresión con sentido, el ejemplo más común es el de "silencio atronador", pero el de "desarrollo sustentable" es un buen ejemplo, sobre todo porque no ha demostrado su posibilidad real de existir. 

Es decir, la idea de desarrollo implica la transformación del medio, ya sea para bien o para mal, y entraña en el fondo la idea de progreso del positivismo: hay que hacer y actuar para mejorar, todo lo que se oponga a ello es un estorbo que hay que eliminar. Por el otro lado lo "sustentable" esta anclado en el concepto de conservar o preservar, el sustento es lo que sostiene algo, es lo que lo conserva (por ahí los filólogos y filósofos más clavados se van a ofender pero el término tiene algo, o mucho que ver con la "sustancia", lo que está "debajo o subyace" y "sostiene" al ente). El desarrollo implica cambio y movimiento, el sustento conservación y permanencia.

No es un libro que hable de darwinismo social o de la guerra entre culturas o el famos choque de civilizaciones, ni esas teorías conspiracionistas y paranóicas que le gustan a los grupos radicales, de izquierdas y de derechas por igual, sino que es un trabajo más bien centrado en la sociología y la psicología de masas, no tanto en la coyuntura política y las teorías de la conspiración, eso le da un valor agregado, no es un libro que se escandalice por o escandalice él mismo la situación actual y sus posibles desarrollos de seguir en ese escollo paradójico en el que nos encontramos, o si seguimos las políticas del oxímoron. Para decirlo claramente Méheust no cree que se trate de una aporía, solo de una dificultad momentánea que se puede resolver si nos olvidamos de los supuestos y de la ideología misma que sostiene la sociedad occidental capitalista, si superamos pues la paradoja sin caer en contradicciones. 

Cuando habla de los recursos materiales y de los abstractos en realidad lo que está haciendo es hablarnos de la estructura social, que es la infraestructura y la supraestructura de la que habla Marx. Además, la política del oxímoron es precisamente lo que Marx suele llamar la "ideología": todos los supuestos subyacentes y dados por hecho con los que opera la sociedad como conjunto amplio de personas que comparten -más que un idioma, un territorio o una cultura- una forma de vida, la del capitalismo, en la que hay dueños de los medios de producción y hay dueños sólo de su fuerza de trabajo. No es que sea un marxista romántico o peor aún: revisionista, por el contrario Méheust es bastante crítico y si mal no recuerdo no menciona ni cita a Marx, pero si han estudiado a Marx sabrán a qué y cuándo se refiere Méheust a su pensamiento. 

Y justamente esa es la tesis del libro, que la política del oxímoron, no es más que un aplazamiento de lo inevitable y de la búsqueda de ganancias a cualquier costo, incluso de la misma infraestructura que sostiene la supraestructura, pues al fin y al cabo en el momento en que las faltas o desaparición de la primera "alcancen" a la segunda, esta, la ideología, hará los ajustes que considere necesarios para sobrevivir, pero en todo caso es problema de las generaciones que vienen y no de estas -liberalismo a todo lo que da-. ¿Alguien recuerda la idea de "las contradicciones inherentes al capitalismo"? 

Eso es pues, puro marxismo, lo que pasa es que está mal visto y hay quienes piensan que no es actual y que lo han superado, y lo peor es que hay quienes estando de acuerdo con Marx creen que es cutre o que los van a ver feo si asumieran un compromiso abierto con las teorías que usan de Marx, y solo las usan, no las defienden. Quizás uno de los elementos de los que se desprende Méheust, y que con buenas razones podrían hacer todos los demás estudiosos y entusiastas de Marx es dejar de lado la teleología de su teoría: no hay un fin último de la historia ni nos dirigimos irremediablemente al final de esta forma de vida, pues hemos visto cómo se ha sabido adaptar y transformar, y ello no significa que llegaremos a la utopía que pensaba Marx, pero si hay que recordar que esas mismas contradicciones que están a la base del capitalismo son las que le costarán la existencia al capitalismo, Méheust ahí sí es más pesimista porque cree que dicho final es la muy posible desaparición de la sociedad y del ser humano. 

Esto lo explica en la introducción del libro, que es como de 2009, dice que es el momento de actuar porque es muy probable que aún no hayamos pasado el punto en el que no hay retorno, que todavía es posible revertir la tendencia con menos esfuerzo que intentar re-construir. 

Y ahí están las tres divisiones que no refleja el índice del libro pero si su desarrollo o que Méheust llama los "axiomas" de su texto: parte de la idea compartida por la inmensa mayoría de los sociólogos, que hay una diferencia clara entre cultura y naturaleza, y de hecho de esta diferencia depende toda la sociología. Lo cultural es precisamente la naturaleza modificada, la naturaleza domesticada, la naturaleza destruida. De ahí que se siga pensando que la domesticación de animales y semillas sea el origen de la cultura antes que el arte o la religión, que pueden o no ser independientes. 

Los tres axiomas, o ejes interpretativos de Méheust son uno social-histórico y precisamente uno naturaleza-cultura, con estos dos analiza a la sociedad actual y su desarrollo histórico, presente y futuro y sostiene que a partir de las interelaciones de los elementos de estos dos ejes es que se desarrolla la historia. Cabe mencionar que de nuevo estas dos ideas deben mucho más al marxismo de lo que aparenta. El tercer eje es el de la naturaleza en sí misma. 

Este es un concepto incómodo en sí mismo porque es difícil hablar de la naturaleza en sí mismas cuando somos una especie socializada y aculturada, no podemos evitarlo o escapar de ello, es más, difícilmente podríamos hablar de la naturaleza independiente o inmaculada como lo podríamos suponer con la idea de "naturaleza en sí", pero Méheust necesita introducir este eje para apoyar su idea de "recuperar el balance" antes que seguir en el "desarrollo sustentable, pues a lo que apunta es que hay que restituir parte de esa naturaleza para que la vida de la especie continúe sin problemas. 

Hablar de las cosas en sí y de a naturaleza en sí no es algo que la filosofía haga sin cierto rubor, pues después de Kant y Hegel la mayoría hemos aceptado que no hay modo de hablar de las cosas en sí y que no hay tal cosa pues todo depende de nuestra percepción y racionalidad -es un rollo muy largo para un apunte marginal de este texto, así que pido que me lo concedan así sin más-, pero hay entre ciertos filósofos y sociólogos franceses de la segunda mitad del siglo XX (Michel Serres, Bruno Latour, Edgar Morin, etc.) que se han planteado seriamente el concepto de La Naturaleza, como los recursos no renovables de los que dependemos pero que ellos no dependen de nosotros, sea territorio, fauna o flora, y que tenemos que empezar a entender a cabalidad y que tenemos que incluir en nuestra idea de desarrollo y progreso. Sin embargo, no creo que valga la pena extenderme mucho al respecto pues no es un ensayo sino una "pequeña" reseña del libro en cuestión.

Méheust no es solo deudor de esta escuela en cuanto a este aspecto y otros conceptos, también está dialogando con todos ellos, por ello es un libro tan denso a pesar de su tamaño más bien pequeño. No sé si exista traducción al español pero es un libro muy recomendable para poder ver más allá de lo inmediato y pensar en el futuro, en recuperar el equilibrio antes de seguir con el desarrollo sustentable, esa idea me gusta. 

viernes, 30 de agosto de 2013

Amos Oz - Contra el fanatismo

Reseña rápidona de un libro pequeño pero de contenido importante que no hay que pasar por alto: 


Amos Oz, Contra el Fanatismo

Es un libro conformado por tres conferencias que Oz dio en Tubinga, Alemania, en 2002 y 2003 por lo que se le conocen también como "Las conferencias de Tubinga", que podría ser un título más adecuado que el que tiene, pues contrario a lo que dice el título sólo la primer conferencia habla directamente del fanatismo y las otras dos son más bien sobre el oficio de escribir. 

La primer conferencia tiene un análisis interesante, no muy complejo, mezclado con algunos elementos anecdóticos de su propia vida en las que caracteriza de manera general a los fanáticos. Este es un punto que hay que considerar y agradecer pues no se trata de señalar y demonizar a algún grupo específico, nación, religión o ideología, sino que da una definición general que se puede aplicar a más de uno y que nos permite reconocer las actitudes fanáticas de muchas personas que podríamos considerar razonables y mesuradas, pero ninguno de nosotros está exento de caer en estas actitudes. 

La caracterización que hace del fanático como una persona mono temática, centrada en los demás más que en sí misma, sumamente gazmoña, hipócrita e incluso falta de sentido del humor es uno de los puntos mas importantes de su primer conferencia. No da la definición así, de golpe, como una definición de diccionario sino que a lo largo de la primer conferencia lo va delineando, lo va caracterizando, lo va definiendo poco a poco, mientras lo va criticando y al final pone en evidencia un punto muy importante para combatir el fanatismo, que no es ni la tolerancia al fanático y la aceptación dócil de cómo es, que es la solución fácil que como se podría asumir. 

No, lo que Oz nos propone es una cosa muy diferente, y de hecho es el punto común con las otras dos conferencias. El razonamiento de Oz es que las características del fanático tienen a encubrir o a borrar la alteridad, incluso a negarla. El fanático no desea la desaparición simple y llana de sus enemigos, quiere aniquilarlos para que sus semejantes, aunque menos radicales, se vuelvan como él: fanáticos. El enemigo externo es un medio para dominar al enemigo interno. 

La propuesta de Oz es sobre todo la aceptación de la alteridad y de la diversidad, pero sin ser una aceptación ciega, o dócil, sino que tiene que ser realista, incluso intolerante pero no violenta, dice que, antes que hacer el amor y no la guerra lo que hay que hacer es construir la paz y defenderla. 

Ese punto de vista es interesante, e impopular, la libertad y el amor y la tolerancia no son la solución para el fanatismo, sino de una forma de autocontención que puede ser intolerante, pero ojo: sin violencia, para mantener la paz todo lo que sea posible. 

Una lectura sumamente recomendable para los tiempos que corren en este país... y en muchos otros. 

lunes, 8 de julio de 2013

El miedo en Occidente de Jean Delumeau

Esta reseña debió salir el último jueves de junio, pero por muchas razones no fue así, una de ellas es que no había terminado de leer el libro. 



No sé que tengo con la Historia pero siempre que me harto de leer filosofía leo algo de esta disciplina, y no me lo tomen a mal historiadores, no lo demerito ni digo que sea una lectura ligera, al contrario, si alguien les dice que leer historia es como leer una novela sean tan amables de darles de mi parte una saludable y fuerte patada en los genitales (testículos u ovarios, que también son ovoides, como huevos). 

Uno puede leer una buena novela desparramado en su sillón preferido o de plano recostado en la cama, leer historia no, o por lo menos a mi me exige estar sentado, en mi escritorio o alguna mesa donde pueda leer cómodamente, muchas veces porque estas obras tienen un montón de datos, de estadísticas, de documentos antiguos, de citas de todas -absolutamente todas las demás disciplinas: arte, ciencia, humanidades, etc-. están llenas de referencias cruzadas, chistes velados y críticas sanguinarias en comentarios marginales... creo que por eso me gusta leerla. 

El libro de Delumeau es un tabicón de más de 600 páginas y no tiene tantas estadísticas ni un aparato tan técnico como otros libros de historia, lo que sí es es un compendio erudito de mil fuentes y documentos de una parte muy específica de la historia, se centra en un periodo histórico específico y en un continente específico, Europa aunque el título del libro diga que es Occidente, pero qué es Occidente sino la cultura basada en las tradiciones greco-latinas y judeo-cristinas. Contrario a lo estrecho que este horizonte podría parecer, en realidad es una obra que resuena bastante en nosotros en estos días porque aborda un fenómeno cultural que ha existido siempre y que seguira existiendo mucho tiempo más, y que lo vivimos de la misma manera, justamente como occidentales en parte, nos guste o no.  

Hay que reconocer que tiene a virtud de llevarnos por este paseo sobre el miedo por lo menos desde la baja Edad Media hasta el apogeo de la Modernidad (siglo XVIII) sin perder el hilo de una argumentación eficaz y limpia, que se basa en una estrategia muy simple: oponiendo el uso del miedo por los poderes fácticos (sí, la Iglesia, los reyes, y después los Estados nacientes, otra vez la Iglesia y los políticos, entre otros; pero también la misma sociedad en su conjunto y grupos específicos de la misma sociedad), frente a los sujetos que se vuelven motivo de miedo (el mal, lo ultramundano, la muerte, los espectros, la enfermedad), y que generalmente se concreta en sujetos de marginación y encono: las mujeres, los judíos, los musulmanes, los bárbaros, los nativos salvajes, los pobres, los extranjeros, lo otro, lo diferente. 

Y sobre todo hay que reconocerle esto: desarrolla su argumentación sin llegar a ser un sermón moralino de por qué temer es marginar y por qué no deberíamos hacerlo (como éste oootro tabicón con tema similar, pero tratamiento muy inmediato y pobre, y con una perspectiva maniquea, que reseñé hace unos años). Por lo tanto se agradece la objetividad y pulcritud con que Delumeau desarrolla su estudio histórico. No deja de ser una obra magna, digna y erudita, por lo tanto densa, muy densa pero nunca abotagada o insufrible, y en general muy interesante.

La desventaja es que bueno, es un libro grande y denso, uno no lo puede -ni debe- leerlo aprisa, hay que leerlo poco a poco e incluso hacer pausas para digerir la información que te está dando, siendo honestos empecé a leerlo en enero, y en general leo dos o tres libros así al año pero justo por eso, porque me los dosifico a lo largo de meses. ESE sí es un buen consejo de cómo leer Historia y no que se lee igual que la literatura. Y que muy probablemente uno tendrá que hacer algún tipo de apuntes porque luego del aluvión de información uno cree perder detalles y elementos que son importantes y que muchas veces, efectivamente, Delumeau retoma a lo largo del libro. 

Otra desventaja, o tal vez una ventaja, es que no aborda el fenómeno en su aspecto psicológico, ni siquiera se acerca a la época en la que aparece el psicoanálisis. Es una desventaja porque podría parecer que le falta una pata para sostenerse, pero puede ser una ventaja porque no introduce más elementos de otra disciplina además de los que ya tiene, la historia, la historiografía y algo de sociología, con referencias cruzadas a la filología, filosofía, teología, ciencias naturales y las paranormales, su estudio sobre algunas tradiciones esotéricas es interesante y completo, aunque claramente en deuda con el libro Las brujas y su mundo de Julio Caro Baroja que mencioné en alguna de las entradas de diciembre.

Un libro muy recomendable si quieren saber cómo funciona y ha funcionado en términos sociológicos e históricos esa rara sensación que nos invade alguna vez en la vida, sin sermones ni falsa moralina ni excesos retóricos ni falsas esperanzas de hacer una revolución televizada, twiteada y iLiketivista... bueno, el libro es viejo, la versión francesa es como del 78, pero aún así una lectura indispensable para estos tiempos de escandalosa manipulación y sospechosismo.

miércoles, 19 de junio de 2013

Una nota breve de en qué he estado...

Güeriño ya me dio algún adelanto de lo que le ha parecido la tesis (la mitad de la tesis, en realidad). Se lo agradezco y me hace pensar que no está mal, sólo hay que concretarla ya. Pero me da gusto y me pone optimista. 

Hoy que salí de casa rumbo a Radio U tomé mi lectura "en curso" y me di cuenta de algo que decía el Güero en el mensaje que me mandó, y recordé que cuando estudiaba en la Facultad me preguntaba quiénes escribían este tipo de libros, pero sobre todo, quiénes los leían:


Hoy sé que sin darme cuenta me convertí en una de esas personas que leen ese tipo de libros, y no está mal... aunque no debería leer tantas cosas, por ejemplo esa desviación con la filosofía de Gaos estuvo interesante pero completamente innecesaria. 

Digo, para hablar de Nicol mejor estudias a Nicol y ya, no a Nicol y a sus detractores. En fin, floto un poco en el eter y se me va el pedo bien cabrón. Aunque sí sirvió, como platicaba ayer con Tets, para definir algunas ideas clave de la tesis pero que no sé si entren en este trabajo.

Saludazos.

jueves, 31 de enero de 2013

Inspirado por el buen Rayo y sus libros comprimidos (reseñas de 140 caracteres o un poquito más), y para cumplir con ciertas peticiones de libros recomendados para una u otra finalidad (empezar a estudiar filosofía o algún tema específico de la misma, etc), o simplemente para compartir, retomaré mis reseñas incendiarias de libros incendiarios, que espero subir no sé, el último jueves o viernes de cada mes.

Por supuesto que lo más fácil habría sido agarrar doce libros de los que usé para le tesis, hacer las reseñas y programarlas todas para el resto del año. Esa no es la idea, la idea es compartir algo de lo que estoy leyendo, sea de filosofía, ciencia, literatura o lo que sea que haya leído en el mes. Y en algunas ocasiones esto puede darles alguna idea de qué saldrá en el futuro en la serie de Ráfagas de Pensamiento (y en FB). 

Empiezo con el libro Jihad et haine des Juifs, por varias razones, una de ellas es porque lo empecé en diciembre y en esos días me encontré con esta imagen:



A veces el problema no es tanto que la gente lea o no, empiezo a creer que eso es un esnobismo intelectualoide que tira más al fariseismo cultural, sí, de esos que el mismo Nietzsche detestaba profundamente. El problema es más bien de dónde obtienes tu información, pues muchas personas no leen, pero otras tantas leen cualquier cosa o leen cosas que deberían provocar rubor. 



El libro en cuestión no es nuevo ni mucho menos, es de 2002, con una cierta actualización cuando lo tradujeron al francés en 2007, originalmente está escrito en alemán. El libro está dividido en cuatro capítulos, el primero trata de los antecedentes, el periodo antre guerras y la misma Segunda Guerra Mundial (con todo y luchas intestinas por el poder en Palestina), el capítulo 2 desarrolla el tema desde el final de la Guerra hasta nuestros días; en el capítulo 3 da una explicación de cómo Hamas ha usado la Jihad como ariete político y finalmente en el capítulo 4 amplia el tema hacia la islamofobia resultante de los eventos del 11 de septiembre de 2001 y las guerras preventivas.

Pero el libro es interesante porque examina los antecedentes históricos del antijudaísmo en Palestina, es decir: las razones profundas, añejas y casi olvidadas del odio contra los judíos, lo occidental, lo cristiano, lo infiel y lo "decadente" en las sociedades árabes y de como la Jihad se ha convertido en una especie de guerra santa entre "el bien" y el "mal" y de cómo el antisionismo se ha vuelto la cara políticamente correcta del antijudaísmo, ya que empatan todo lo judío con sionismo y eso es una mentira total, es como decir que hace seis meses éramos todos panistas y apoyábamos al irascible de Calderón, y que hoy día somos todos partidarios del ridículo de Peña Nieto. 

Entre los antecedentes históricos que examina Küntzel está la enorme cercanía -y simpatía- entre los lideres del movimiento Hermanos Musulmanes, concentrados en Egipto y Palestina, con el Nacional Socialismo. Si bien es cierto que la iglesia que la gente de buenas conciencias y "progre" tanto detesta, pues resulta que la nación que tanto defienden de palabra, porque actúan muy poco por ella- también se plegó... no, no: se alió con los Nazis y las potencias del Eje. Es un hecho poco conocido y disputado, pues hoy día se dan el lujo incluso de sostener que el Holocausto nunca sucedió y que es una trata del "complot judío de dominación mundial".

Es un hecho histórico que no debería caer en el olvido, pero que pasan por alto continuamente porque les resulta incómodo, como les resulta incómodo admitir que los primeros desplazados y los territorios tomados -ilegalmente y lo que quieran- pero son resultado de la invasión de Palestina por los países árabes vecinos cuando se creó el Estado de Israel, y que debido a diferentes confrontaciones los israelíes han tomado mas territorios, de hecho los asentamientos judíos que han construido en esos territorios son ilegales porque en algún momento dijeron que los regresarían a los Palestinos y no sólo no lo han hecho sino que han construido asentamientos civiles ahí. 

Pero volviendo a lo esencial  la próxima vez que alguien diga que los judíos son unos nazis habrá que recordarles personajes como el Gran Mufti de Jerusalem, Haj Amin al-Husseini o el movimiento de los Hermanos Musulmanes y su desarrollo en el periodo entre guerras y particularmente en los años 30, o de cómo después de la Segunda Guerra Mundial muchos criminales de guerra se refugiaron en países árabes y no sólo fueron recibidos sino que muchas veces fueron protegidos.

Pero además el libro tiene la virtud de que explica bastante bien no sólo el desarrollo histórico del panislamismo, la jihad (primero como reivindicación religiosa y luego como política exterior), el concepto de musulmán, árabe; así como los conceptos del otro lado de la balanza: judío, judaísmo, sionismo, judío-árabe, los judíos refugiados, los de otros países, etc. Y los conceptos de antijudaismo y antisionismo, es curioso pero no usa el término antisemitismo. De hecho el cuarto capítulo tiene una argumentación más o menos eficaz contra la islamofobia que ha crecido a partir del 2001.

Pero el libro tiene una desventaja, quizás una gran desventaja: lo escribió un académico de la Universidad Hebraica de Jerusalem y si no es judío al menos si es simpatizante de ellos y ha dedicado la mayor parte de su trabajo a esclarecer los lazos entre el nazismo y el islamismo. Esta desventaja puede hacer pensar a mas de uno que se trata de propaganda pro sionista y que se circunscribe a los trabajos de justificación y engaño mundial en que trabajan los judíos, que es propaganda pues. Expresiones que se encuentran en todas partes, desde las constantes declaraciones de Ahmadinejad, en el boicot de actos académicos porque se sienten agraviados unos aunque pueden agraviar a otros (como aquí) o en la misma Universidad Autónoma de la Ciudad de México (ver acá).

Así que es difícil que lo lea alguien que defiende a rajatabla a los Palestinos lo lea (ojo, nadie ha justificado la existencia del Estado de Israel, ni los desplazados, los territorios ocupados, ni nada de eso, solo he establecido la relación que sí existe entre islamismo y nacionalsocialismo), y si lo llegare a leer me parece difícil que lo tomara en serio o que no sospechoseara que se trata de propaganda pro israelí. Es pues un libro que será leído solo por quienes ya tienen el interés -y probablemente la simpatía- por la parte demonizada del conflicto, pues como me decía el Dr. Jean Meyer hace unos días no sirve discutir con fanáticos, y es desesperante informar más y mejor a quienes ya están informados, pero no se puede hacer más.

Crean lo que quieran, pero al menos deben informarse más y mejor de todos los aspectos de una situación histórica y antes de lanzar epítetos y acusaciones asegurarse de que no incurren en el mismo fatal error, como decir que los judíos son unos nazis cuando de hecho los palestinos lo fueron y con mucho gusto. 

Y ya, espero que el próximo mes mi reseña sea incendiaria pero no tan deprimente como esta. También cosas de fotografía llanera pronto. Saludazos.

lunes, 7 de enero de 2013

Comienzo el año con una idea de Marx, que es parte de hecho de las críticas que hace a Feuerbach, culpar a las instituciones por lo que hacen los individuos es perpetuar la irresponsabilidad de los mismos, o de quienes los critican e implica mantener  casi intacta la super estructura del idealismo y la religión. 

Pensar que la historia es La Historia y que es producto de sí misma o del movimiento de las grandes potencias, fuerzas ocultas u otra entidad similar es seguir pensando en la historia de manera teleológica, finalmente vinculada con la teología. La Historia no es una diosa, es el resultado de lo que hacen los individuos, cada uno de ellos y que mueven a la masa, al proletariado, a la nación, el país o lo que sea. Son los individuos los que deben asumir su responsabilidad, su lugar y su papel en la historia. 

Pensar que las Iglesias son responsables de los actos imputables a los individuos es perpetuar la idea de la institucionalidad del abuso y del horror. Si un individuo comete un crímen debe ser perseguido y llevado a la justicia, sea quien sea, tenga la filosofía que tenga, profese la religión que profese, tenga la educación que tenga, o trabaje para quien trabaje. Y si las instituciones cubren sistematicamente dichos crímenes debemos perseguir a los individuos, pues contra las instituciones, en abstracto no puede recaer el castigo, pues no son sujetos de responsabilidad...

De otro modo estaremos como en los Juicios de Nuremberg, donde nos quisieron hacer creer que no había responsables, solo gente que hacía su trabajo y aceptaba y cumplía ordenes, de otros, pero la responsabilidad se diluía en la escala burocrática del Tercer Reich, y con ella la posibilidad de hacer justicia. 

O mas simple, los gringos dicen "Odia al jugador, no al juego", cambiando lo necesario podemos decir: no culpes a las instituciones, responsabiliza a los individuos. Las instituciones no son agentes del cambio, al contrario, los individuos sí lo son, de la misma manera que la instituciones no son sujetos de responsabilidad, pero de nuevo: los individuos sí lo son.

Buen año para todos, pero si a alguien le hace falta esto, pues adelante: 

Pronto, más cosas de fotografía y así.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Una pequeña comparación

Hace unos días publique una explicación bastante simple de cómo funcionan los dogmas en las religiones poniendo ejemplos de cómics. También mencioné a Richard Dawkins que se ha vuelto famoso por sus libros y conferencias ateistas que se han vuelto poco a poco en una "verdad" transmitida de boca en boca y que muy pocos se han puesto a leer realmente lo que dice, y que aún menos se han puesto a analizar el cómo lo dice. 

Aprvechando el vínculo que ya establecí entre religión y cómics, nada más quiero comentar una cosa rápida, porque honestamente en el momento en que estoy escribiendo esto apenas estoy empezando a leer el libro en cuestión (sí, ya sé que dije hace un par de meses que me atendría a leer cosas importantes, pero esto me divierte mucho). 

No se si reconozcan esto:

Si sí lo reconocen, entonces verán lo que quiero señalar, espero, con cierta claridad y verán porqué las críticas a lo idiota me molestan un poco, sea del tema que sea. 

Resulta que el Comics Code Authority es resultado de un un debate bastante serio y profundo que provocó el libro de Fredric Wertham, MD, llamado The Seduction of the Innocent (pueden leer una versión en línea aquí, y unas entradas de blog que lo explica brevemente, un poco tendenciosamente en español una y bastante más objetivamente en inglés la otra, o vayan a Wikipedia). No puedo dar una reseña muy minuciosa del libro porque como ya dije, apenas lo estoy leyendo, pero me llama la atención que tiene algo en común con la obra de Dawkins. 

Y es que, Wertham atacó sin piedad una pieza de cultura popular que muchos consideran hoy día una forma de literatura legítima e incluso una de las nuevas artes. Por supuesto que Wertham partió de sus propios prejuicios morales para descalificar los cómics de su época. Hoy muchos de sus argumentos parecen excesivos o ridículos. La misma acusación se ha hecho contra el rock, el rap, el narco corrido, el reggaeton y la pornografía. Vaya: hasta Tipper Gore y su pandilla de Hollywood Wives acuso a Twisted Sister y Judas Priest de cosas que poco o nada tienen que ver con el rock, el mismo fenómeno lo vimos con el fenómeno ese llamado Paul Pfeiffer/Marylin Manson. Es bien fácil culpar de todo a una cosa abstracta y elusiva como es el rock, el rap, Paul Pfeiffer/Marylin Manson, los comics o la religión. 

Desacreditar las críticas que en su momento formulara Wertham y sus acólitos por su férrea moralina y pensamiento retrógrado no aclara para nada los argumentos que utilizaba para fundamentar sus críticas: finalmente están basados en lo último de lo último en psiquiatría y pedagogía de sus tiempos, no es un fulano cualquiera que ya senil se puso a despotricar contra los cómics y la "moral ligera" que presentaban. Que estas áreas de conocimiento o quehacer haya evolucionado tanto y en una dirección completamente inesperada es otra cosa, y que el disfrute de las obras y de los cómics haya trascendido a una amplia capa de la sociedad es algo muy distinto. Finalmente el libro de Wertham es resultado de su época, de la ideología dominante y de las herramientas teóricas que tenia a la mano en ese momento, y de verdad no era un MD cualquiera.

Pasa lo mismo con Dawkins, sus estrategias son las mismas: se basa en las pruebas y evidencias y teorías científicas de último cuño, sólo que a diferencia de Wertham no añora una moralidad firme y arraigada en el pasado sino que aboga por una moralidad mas bien basada en la libertad, es un liberal pues. La diferencia es que Wertham ataca algo que muchos  aman y por eso merece el escarnio sin que nadie haya leído su libro, y como Dawkins ataca algo que muchos odian, y pocos han leído su libro, recibe todo el apoyo que quieran. 

Lo que quiero decir es que, en muchos sentidos, el sin sentido de la imposición de los Comics Code Authority es como la imposición anti religiosa, igualmente dogmática e intolerante, y que esgrimen argumentos parecidos (apoyados en la ciencia) y que usan estrategias similares: el ataque sin más. Una nota de esperanza: el Comic Code Authority básicamente ha desaparecido de los comics, es algo tan ajeno y distante que ya ni los comics de Archie lo usa, probablemente en el futuro el dawkinismo sea solo un recuerdo y la gente pueda creer, o no creer, en libertad y en paz sin tener que defenderse porque cree, o porque no cree. Lo que sin duda hay que celebrar es que muy probablemente la posición de Dawkins hoy cuente con más apoyo porque somos una sociedad cada vez mas abierta y liberal, pero eso no le quita ciertos tonos de intolerancia que se ven aquí y allá de pronto.

No lo sé, quizás lo mejor sea presentarse como agnóstico, pues no sabemos si en realidad la ciencia va a avanzar tanto a tal grado y en tal dirección que al final muchas de las teorías que hoy esgrimen como verdades últimas les causen rubor y vergüenza ajena a nuestros nietos, o incluso a nuestros hijos, porque eso sí: la ciencia es muy buena en desechar y olvidar su propia historia, no falta el que desecha las teorías desechadas hace 40 o 30 años en física sin reconocer que lo que saben hoy día es en parte por todo lo que hace 30 o 40 años corrigieron en los trabajos de hace 80 o 100 años, ahí no más, y hasta Newton y luego hasta Demócrito y Epicuro. No creo que a ciencia vaya a demostrar que Dios existe, simple y llanamente porque me queda claro que la ciencia y la religión no tienen el mismo cometido ni abordan al mundo de la misma manera, ni el arte, ni la técnica ni la filosofía. 

En fin, les recomiendo que lean ambos libros, y discutamos sobre ellos, no sobre lo anecdótico y lo pasado de moda, sino tomando en cuanta cada uno de los contextos históricos en que se presenta cada una de las obras y los argumentos y la estructura lógica de los mismos, no vaya a ser que aun estudiando filosofía desdeñen la episteme y favorezcan la doxa, para eso, mejor nos tomamos un café y listo...