I
Hace una semana de lo del ataque al semanario satírico Charlie Hebdo. No escribí nada de inmediato porque había mucho que reflexionar, comentar, leer, averiguar, sobre el hecho. Hubo reacciones que lamentaron los hechos y condenaron la violencia, hubo reacciones que lamentaron la violencia pero condenaron a los muertos -justificando directa o indirectamente a los asesinos. De pronto todos se volvieron expertos en el tema, y con ver las portadas seleccionadas contra el Islam, o que ilustraban con el profeta Mahoma para decir que es una revista islamófoba (cuando hay cientos de portadas contra los judíos, el cristianismo y los liberales, pero esas portadas nadie les dio ningún tipo de peso). Pero no pienso moralizar ni sermonear ahora, solo aclarar algunas cosas.También me tarde en descubrir que Charlie Hebdo era la reencarnación de un periódico más viejo, el HaraKiri y el Hebdo HaraKiri. Mi padre tiene desde hace años libros que recopilan materiales de los 60 y parte de los 70. Sí, es soez, sí, es de mal gusto, pero no centra su atención sólo en un grupo de población, religión o política, mas bien, por la época su posición era izquierdoza mala leche libertaria ideológica y sexualmente -sí, esos valores que muchos países musulmanes consideran "decadentes" de occidente y que los regímenes autoritarios y totalitarios de izquierda y derecha rechazan-. En pocas palabras: luchaban en los 60 y 70 por una sociedad abierta, como diría Popper. De su segunda época, como Charlie Hebdo, no se mucho, solo que su nombre viene de dos cosas: una anécdota de política local (Charlie por una broma póstuma contra Charles de Gaulle -que los combatió hasta su muerte-, y porque aparecía la tira cómica Charlie Brown en ella, o sea, era por el "Charlie Brown semanal").
II
A raíz de las defensas y los malabares teóricos de algunos sectores radicales de izquierda, que combaten la islamofobia pero participan con gusto de la judeofobia, he pensado mucho en un texto concreto que desarrolla argumentos a favor de "Las Víctimas Propiciatorias", en términos simples es como cuando alguien dice "si las violan es porque se visten de manera provocativa", y en vuelto en un marisma de lenguaje políticamente correcto, medio pusilánime, pero que encubre de manera mas o menos eficaz el odio que conduce todo el texto.El texto en cuestión ofrece muchos argumentos a favor de la tesis de "Las Víctimas Propiciatorias" (ese que dice que lo que le pasa a la gente o ciertos grupos sociales es porque se lo buscaron, algo han hecho, algo tienen, dicen, piensan; o son de alguna manera que provoca que los demás los odien, ataquen, roben, violen, maten, etc.). Ofrece hechos anecdóticos personales para fijar una postura que universaliza, y además: moralizante -acompañado, por supuesto, por esa supuestamente superioridad moral e intelectual-. Ofrece pruebas y antecedentes que sirven a su causa, lo que en lógica se llama Cherry-Picking o Sharp Shooter, es decir, usar sólo las evidencias que sirven a la tesis y rechazar o de plano ignorar las que la contradicen sin ofrecer argumentos o contra argumentos.
No, no son los textos que justifican la matanza en el semanario Charlie Hebdo de hace una semana, esos que hablan de la libertad de culto o de conciencia como si fuera superior a la libertad de expresión, que empatan una respuesta sumamente violenta -físicamente- a la sátira, por muy violenta que sea -en un nivel intelectual- como si uno pudiera transgredir esas diferencias y justificar un ataque a´si por lo que uno escribe. El texto al que me refiero es Mi Lucha de Aldolf Hitler.
Todo mundo odia a Hitler, y que te comparen con él o te llamen nazi, cada vez con mayor ligereza, es una de las cosas mas odiosas y ofensivas en el mundillo del activismo político e intelectualoide. Sin embargo, me llama la atención que con malicia, o por ignorancia, muchos de los paralogismos de Hitler se repiten sin ton ni son por todos lados, incluso, o sobre todo, por gente que dice detestar a Hitler, el nazismo y toda expresión política o cultural que defienda una supuesta superioridad racial de unos sobre otros, pero que coinciden en una cosa: el odio, a los judíos, al imperialismo, miedo y odio a los otros, a los diferentes, esos que son causa de nuestras desgracias, las conspiraciones internacionales de sociedades secretas, etcétera.
III
Una manera inteligente de combatir la islamofobia no es promover la judeofobia como hacen algunos izquierdozos e intelectualoides y el Islam radical, por el contrario, sino que es recuperar el concepto de antisemitismo, que algunos descerebrados creen que se puede "desarmar" o rechazar con el argumento de que no hay "antisemistismo" en el ataque disfrazado de crítica contra los judíos, porque los árabes también son -o son más- semitas que los judíos. Pues por eso: si judíos y árabes son semitas, y sea judeofobia o ya sea islamofobia, responden a lo mismo: al antisemitismo, pues es el rechazo a los otros, a los pueblos semitas, árabes y judíos. Que curiosamente hasta después de la Segunda Guerra Mundial, el principal promotor del antisemitismo contra los judíos habían sido países europeos que hoy también promueven el antisemitismo contra los árabes musulmanes. Para ver como la islamofobia opera de la misma manera que la judeofobia, una razón más para hablar de antisemitismo, recomiendo dos libros con el mismo título: La cuestión judía, la de Moses Mendelssohn y la de Karl Marx. Cabe aclarar que la "cuestión judía" se refiere al problema que significa cómo relacionar el Estado Moderno europeo con los grupos de población judíos en Europa en los que no confían porque no se "asimilan" y porque están marginados y se les tiene miedo (mitos difamatorios como que envenenaban pozos o el crimen ritual). ¿Suena familiar en el siglo XXI respecto a las comunidades no asimiladas de musulmanes en Europa que amenazan al Estado y la cultura occidental?
Y también, en uso del lenguaje políticamente correcto, o indirecto, cobarde y tenebroso del nazismo, la "Solución final" del nazismo es la solución final a esa "cuestión judía" y alguien con tres dedos de frente y un mínimo de calidad moral sabe lo que eso significa, porque luego están los revisionistas y negacionistas que dicen que la Shoa no pasó, o que ya hablan del "Holocausto Palestino" o de los "pogroms contra los árabes" como una estrategia política e ideológica de "abrir" al mundo árabe categorías que originalmente servían para describir el abuso y el horror que sufrieron los judíos en Europa. Sobre el lenguaje políticamente correcto, encubridor y justificador, así como la gratuidad con que se usa y acusa de nazismo a los adversarios políticos, en fin: la "banalización del mal", recomiendo Eichmann en Jerusalén de Hannah Arendt.
Y sobre el desarrollo del antisemitsimo, pero también de las simpatías árabes musulmanes con el nazismo, e incluso su cooperación, de la misma Hannah Arendt Los Orígenes del Totalitarismo, en el que desarrolla y analiza con profundidad la falacia de "Las Víctimas Propiciatorias" y de cómo se sirvió el régimen nazi de ello casi tanto, o más, que del mito ario de superioridad racial. En el mismo sentido de ese último punto El mito nazi de Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy es iluminador.
IV
La explicación que puedo dar es que en el fondo lo que pasa es el "Síndrome Micky Vainilla", personaje de Peter Capusotto, que no a todos les causa risa, no porque lo que presenta presente un desafío o provoque el desacuerdo, sino porque refleja lo que muchos piensan (de derechas, izquierdas, intelectualoides, militantes, etc).
Como este video:
este otro:
este:
o este:
En fin, coincidencias curiosas, provocadores mendaces y cobardes que no sólo usan el lenguaje políticamente correcto que encubre y disfraza pero que si se analiza un poco hace visible mucho más de lo que se quiere, sino que repiten viejos y manidos argumentos de quienes, se supone, son sus antípodas políticos.
Weas que no veas.
3 comentarios:
Perdón, pero en la premura de escribir la entrada y no tener a la mano el libro de Moses Mendelssohn dije que se llamaba "La Cuestión Judía" y no, en realidad se llama "Jerusalem o Acerca de poder religioso y judaísmo", aunque se le conoce también del otro modo por que de eso trata.
Y el libro de Marx es una respuesta a un escrito de Bruno Bauer, en realidad está dialogando con él, así que si es posible, busquen la versión que tenga el texto de Bauer y la respuesta de Marx.
Arendt es una chingona! Hay una película sobre su vida que al parecer es muy buena, dirigida por Margarethe von Trotta.
Derzu.
En efecto, Hannah Arendt es una chingona, aunque cuestionada y odiada por igual por judeofobos y pro árabes-palestino como sionistas extremos y judíos ortodoxos, pero es una filósofa que hay que leer para entender mucho del siglo pasado y como esas "tradiciones" siguen más que vigentes.
Buscaré la película, solo espero que no sea una biopic de esas que pasan en Hallmarck o Cinema Golden Choice jajaja, un abrazo.
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