Él me enseño a hacer bien las cosas, también a hacer bien cosas mal hechas, y a hacer cosas que uno no debería hacer, y siempre lo hizo con paciencia y cuidado.
Definitivamente soy mejor fotógrafo de lo que habría sido por mi mismo gracias a su amistad y sus enseñanzas.
Hasta siempre.
Roberto Contreras Ordáz
1951-2016
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