Llega agosto, y con él irremediablemente llegan nuevos ciclos escolares y académicos, que son los únicos que cuentan, al menos durante gran parte de mi vida hasta ahora, muchas veces no tanto porque esté integrados a ellos sino por la extraña repulsa en la que me he sumergido todos estos años y la angustia que me produce saber que inicia uno nuevo y yo sigo especulando con mis acciones, esperando que vayan a la alza, pero no, eso no pasa...
Y con agosto empieza acabarse la segunda tercera parte del año y me doy cuenta de que todos estos meses debía aprovechar mi insomnio no sólo para terminar de leer cosas, sino para terminar de escribir algunas y empezar a escribir muchas otras...
Tendré que aprovechar lo que quede del verano y todo el otoño, pues en invierno no escribo de noche por miedo a terminar como Descartes, imaginando autómatas, cerebros aislados y que escribo mientras en realidad duermo.
miércoles, 1 de agosto de 2012
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2 comentarios:
Dios!
Me identifico con eso. Agosto nos llegó de improviso.
Habrá que ponerse en modo turbo, aunque mi época favorita de locura e insomnio es invierno.
Usté inicia ciclo escolar, yo inicio vacaciones obligadamente necesarias.
Saludos!
Me gustó eso del modo turbo, jajaja, y más ahora que como que el invierno se adelantó esta semana en DF, ni modo, a trabajar con todo, saludazos.
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