Uno de ellos era Luis Villoro Toranzo. Que murió ayer por la tarde. De todos los grandes de su generación es el único con el no tuve oportunidad de tomar clases con él, y mi primer acercamiento a si filosofía fue muy dogmático por la clase en que lo vimos, de Teoría del Conocimiento. Pero recientemente, leyendo más de su obra me di cuenta de que había una intención de sistema mas tirado a lo político y a lo ético que a la mera filosofía analítica o a la epistemología.
Aunque no estoy de acuerdo con algunas de sus posiciones sobre democracia y participación de y en el movimiento Zapatista, por razones que no aclararé aquí, pero dejo para después, pienso que el pensamiento y la forma en está sistematizado de Villoro es relevante, es importante tomarlo en consideración en camino de la construcción de un mejor país y una mejor sociedad. Sus a veces áridos ensayos y libros sobre teoría del conocimiento cobran una nueva dimensión cuando los revisamos a la luz de su trabajos sobre ética y política. Todo ese trabajo analítico no se queda en el preciosismo del argumento y la exacta maquinaria argumental, como mucha de la filosofía analítica que se hace en el país, sino que apuntaba, desde entonces, a aterrizar a la situación concreta de lo que es posible y lo que es necesario para lograr lo deseable.
Muy probablemente muchas personas de la izquierda más militante crean que la filosofía es pequeño burguesa y que, contrario a la multicitada y pocas veces comprendida tesis 11ª sobre Feuerbach de Marx, no transforma la realidad. O la derecha utilitaristas que piensa que la filosofía es perfectamente inútil porque no produce riqueza ni valor tangible. Creo que ambos grupos radicales fallan en comprender las sutilezas del pensamiento filosófico, por ejemplo la siguiente cita de Villoro:
No siempre una concepción política racional en ese sentido es mas razonable. Porque un diseño racional de la sociedad, válido universalmente, puede chocar con la realidad histórica y resultar en ella irrealizable o aun contraproducente. Para alcanzar una sociedad más justa, no basta con establecer un diseño racional de justicia: para lograr la prosperidad común no es suficiente seguir procedimientos de intercambio dictados por una teoría económica consistente; para alcanzar una sociedad respetuosa del derecho ajeno, no sirve imponer una legislación racionalmente impecable. Tratar de lograr a toda costa una sociedad racional puede incitar a una acción política y económica que, en lugar de perfeccionarla, la deteriore. Al intentar construir una sociedad racional diseñada en abstracto se ha logrado, a menudo, regresar a la peor barbarie. ¿No es esto lo que ha acontecido con la mayoría de las utopías, cuando han tratado de realizarse aquí y ahora? Muchas concepciones revolucionarias modernas, al tratar de cambiar la realidad, no fracasaron por ser irracionales sino, al contrario, por imponer en la realidad una estructura racional abstracta.
Luis Villoro, “Lo racional y lo razonable”.
Creo que no lo veremos convertido en meme de internet pues unos y otros pensarán que plantea las tesis radicales de sus adversario ideológicos, en cierta forma sería afortunado no encontrarlo como el clásico meme del mame, como tantas citas de otros intelectuales que fuera de contexto se usan como armas arrojadizas en un debate estéril donde lo que cuenta es ser más estridente que los otros (el ejemplo mas patético es el uso que se hace de la imagen y pensamiento de George Orwell tanto por izquierdas como por derechas, ciertamente el libro de 1984 critica el totalitarismo, pero tanto el de izquierda como el de derecha).
Cuando muere un personaje de ésta talla queda un vacío enorme y no es fácil ver quiénes tomarán los lugares y espacios de trabajo académico y humanístico, de consciencia social y de honestidad intelectual como ellos (Adolfo Sánchez Vázquez, Ernesto de la Peña, Bonifaz Nuño, etc.). Sin embargo sé que los habrá, hoy día hay aún gente estudiando y preparándose en cosas que muchos consideran inútiles bagatelas, pero es que que está trabajando por mejorar este país, aunque no se vea, aunque no sean trending topic, aunque no sean populares y aclamados por la mayoría de la gente, los hay, y los habrá.
En cierta forma me queda la certeza de que esto será así porque el último libro de Villoro apuntaba al futuro, Tres retos de la sociedad por venir podría ser una especie de manifiesto de por lo menos tres grandes tareas que los filósofos, pero no sólo los filósofos, sino todas las personas tenemos que terminar de establecer en el futuro próximo: justicia, democracia y libertad.
Luis Villoro Toranzo nos dejó antes de tiempo, pero nos dejó una enorme tarea y un enorme reto para lograr una mejor y mas justa sociedad, y hay que trabajar en ello todos los días, aunque no seamos visibles ni para unos ni para otros ni para el resto.
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