viernes, 13 de diciembre de 2013

Jorge Ibargüengoitia - Sálvese quien pueda

Esta última reseña la adelanté por varias razones. 

Una de ella es para honrar a Ibargüengoitia, el pasado 27 de noviembre fue el 30 aniversario de su muerte y por un descuido imperdonable no lo recordamos en Ráfagas de Pensamiento. Vaya, llevamos años queriendo hacer una serie de cápsulas solo de él, y ésta que era la oportunidad perfecta simplemente se nos pasó, lo olvidamos. Lo difícil de hacer esa serie ha sido que tanto EPriani como yo somos fanáticos jurados y se nos ha dificultado escoger sólo 6 u 8 textos para publicar sólo 5 cápsulas de la serie de un mes. Yo creo que cada semestre deberíamos revisar a Ibargüengoitia, pero quizás sería demasiado.

Otra de las razones es que en en la reciente Feria Internacional del Libro de Guadalajara iban a hacerle un pequeño homenaje en la presentación de éste volumen que reseñaré e iban a estar regalándolo ahí mismo. De hecho es el mismo que estuvieron regalando el Día Nacional del Libro, que fue el 12 de noviembre (en el Natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz). Justo hasta ahora entiendo por qué fue Ibargüengoitia el autor que escogieron este año, que además es el número 33 de la serie de libros regalo del Día Nacional del Libro, si nos ponemos cabalísticos y sacamos la numerología porque además yo empecé a ser su fanS hace unos 20 años, pero no, de eso no se trata.

Y esa es la última razón, la personal. En los próximos días que iré a Manzanillo, a la casa familiar de siempre, con la familia, como cuando éramos niños, adolescentes, jóvenes y ahora de adultos. Ni siquiera es como que vaya a estar allá mucho tiempo y no me de tiempo de subir esta entrada. No, lo hago porque descubrí a Ibargüengoitia en un viaje a Colima, un diciembre (no sé si del 93 o del 94). Mi hermano Alvaro llevaba el libro La casa de usted y otros viajes, recuerdo que me lo prestó "para el camino", pero la verdad es que no lo volví a soltar hasta que lo terminé y luego se lo devolví. 

Recuerdo claramente que pensé que era una genialidad cómo escribía Ibargüengoitia, la desfachatez, el buen humor, los chistes elaborados y los chistes simplones intercalados con reflexiones muy serias y profundas, el rigor periodístico y narrativo que tiene, la inventiva que nunca es exagerada y sin embargo uno sabe que entre todo eso que parece ser cierto y familiar hay un tono fantástico; lo festivo y divertido al mismo tiempo que oscuro y hasta deprimente, mientras te mueres de la risa con lo que es mortalmente serio... En fin, tantas cosas que ahora que lo pienso influenciaron mucho la manera en que yo escribí durante años y que creo que aún lo hago.

Cuando en la secundaria y en preparatoria tuvimos que leer los libros que todos debieron haber leído: Los pasos de López, Los Relámpagos de Agosto y la obra de teatro El atentado y Maten a León. Yo no podía estar mas contento, leer algo que te gusta para la escuela es mil veces mejor que leer algo que detestas y además a huevo. Pero vayamos al asunto. 



Como casi todos los libros de Ibargüengoitia que no son novelas u obras de teatro, o para decirlo en una definición general: una unidad en sí misma, mucho del material recopilado proviene de sus columnas de los jueves en el Excélsior, me parece, por lo tanto pueden sentirse pasadas de moda o con los años encima si hacemos caso sólo a los detalles, pero en general, las ideas rectoras de una u otro comentario son actuales, horriblemente actuales. El problema con que muchos de los libros sean recopilaciones de textos sueltos es que tengo la sensación de que hay algunos artículos repetidos de otros libros, o quizás me confundo pues la primera vez que leí Sálvese quien pueda fue hace muchos años. 

El libro está dividido en tres secciones, cada una reúne ideas o temas similares, en la primera algunas sobre las mujeres y los niños llamada "Las mujeres y los niños primero" estratégicamente puesta al principio del libro. Digámoslo de una vez: si usted arma pedo de género cada vez que lee algún comentario o broma sobre las mujeres, o piensa que el humor que manejamos "los mexicanos" es machista y opresor de las mujeres, esta sección no es para ustedes. 

Los artículos sobre los niños son quizás los más autobiográficos y no me recuerdan tanto a mi infancia, pero por ejemplo, si noto algunas semejanzas entre lo que escribe Ibargüengoitia y cosas que me contaron mis padres de su propia infancia y alguna anécdota de mis abuelos y tíos abuelos en general, hombres y mujeres (no nos vaya a caer un ataque de paladines de la igualdad de género y me niego a escribir esas barbaridades de tod@s y demás mamadas). 

La segunda sección, llamada "Cuidado con los arrecifes" es en realidad una obra de teatro, "La conspiración vendida", que no es mala pero tampoco es lo mejor del teatro de Ibargüengoitia, hay quienes dicen que es el germen de lo que después se volvería Los pasos de López. Y por último, la sección que da nombre al libro tiene algunos artículos más sobre la vida diaria y el trabajo, la ciudad, la historia nacional y sus festejos que es quizás la mas divertida de las tres. 

El prólogo "La risa es sabia" de Alberto Ruy Sánchez  es nuevo y no sólo esta entretenido, sino que pone en perspectiva parte de la personalidad de Ibargüengoitia y de su historia personal que solemos pasar por alto, o al menos algunos de nosotros, al encontrar sus textos como una descripción de los mexicanos, asumimos que es universal, una f para toda x que sea mexicana. Pero no, o no sólo, sino que tiene mucho mas en su obra que también tiene mucho que ver con su historia personal, familiar y sus circunstancias. 

Además, Ruy Sánchez se encarga de recordarnos uno de los aspectos mas dolorosos de que Ibargüengoitia no esté ya entre nosotros: que nos hace falta para ver con buen humor el giro siniestro y ridículo que el país ha tomado en los últimos años y de como pudo haber hecho una contra-celebración oficial del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución, y que habría sido infinitamente más inteligente, entretenido y popular que los actos oficiales. Pero ni modo. 

La verdad es que si se pueden hacer de una versión que no sea ésta, háganlo, pues al ser un libro regalo la edición tiene sus problemas: es un formato pequeño y de letra apretada, las hojas están pegadas, no cocidas y pegadas, así que las hojas se sueltan si lo abres completamente, y si no lo haces al cabo de un rato se vuelve cansado leer un libro a medio abrir. Aunque se agradece el gesto de regalar libros, y que es loable e importante, seguramente existen las re-ediciones de la editorial Joaquín Mortiz/Planeta -las normales- son más cómodas y deben ser baratas y fáciles de conseguir. 



Un libro altamente recomendable para terminar un año mas bien medio raro en el que escribí muy poco en el blog, eso me avergüenza y apena un poco pero espero corregir el próximo año, pero que sirvió para sacar dos o tres cosas de filosofía que tenía pendientes y son importantes. Mientras les dejo saludazos y les deseo lo mejor para lo que queda de este año y para el que sigue. 

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