Estaba viendo el football americano hace unos días.
Me recordó que en la secundaria teníamos breves temporadas de todos los deportes que se pueden practicar en una cancha como la del Cole Madri y con cierta seguridad, es decir: ni beisbol ni americano, por el bate y por los golpes, lo cual era una mamada porque bala y jabalina sí practicábamos. Aún recuerdo cuando nos dedicamos a hacer hoyos con las balas en la cancha de fútbol recién re-acondicionada. No sé cómo podían dejar una horda de chicos y chicas a los que les importa madre casi todo a manipular esos instrumentos y no nos dejaran jugar o practicar otros deportes como previsión de que no fuéramos a matarnos los unos a los otros.
La cosa es que el gesto del jugador que bloqueo el pase me recordó que cuando nos tocaba jugar fútbol me quedaba con el Tafito en la línea de defensa, para jugar lo menos posible, o bueno, dependía, si Rayo o el Ídolo o el Güero -o alguna combinación de dos de tres- estaban en el equipo contrario era más fácil que llegaran a la portería... y no recuerdo quien era el portero...
La cosa es que Tafito, como buen beisbolista que fue toda la vida tenía la rara costumbre de que cada vez que había un pelotazo largo y alto hacia el área no se echaba para atrás e intentaba despejar o cabecear, sino que le daba por brincar con la mano extendida como si trajera manopla y la quisiera cachar en el aire, me daba mucha risa, sobre todo porque casi siempre fallaba, pero cuando no, era penalti seguro. Todos odiaban que hiciera eso, pero no lo podía evitar.
Lo curioso es que en la preparatoria empecé a imitar su gesto aunque ya no jugáramos juntos y eso significaba que mis compañeros de equipo casi siempre me dejaban en la banca o de plano me pusieran en medio en donde no podía hacer mucho daño y estorbara un poco a los contrarios...
En fin, buenos recuerdos y muchas risas del 3ºB bainilla.
martes, 16 de octubre de 2012
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