Disyuntivas del tipo “sí o sí”

O del tipo de los argumentos del "quieras o no" o "haiga sido como haiga sido".


Hoy me llegó de nuevo el correo electrónico en el que ponen en evidencia a la procuradora de Puebla. E independientemente de que sí sea una corrupta o una cabrona y haya estado implicada en el desmadre de Lydia Cacho –osea broder: que es sister del Gober Precioso y de un Narco Menudista-, ese es el punto. Se había discutido en este mismo espacio hace algún tiempo el mismo correo, en febrero, se llama "Los Amigüetes"; en esa ocasión planteaba la arista de las muchas que tiene de el gran pedo que implica que el ejercito esté librando una pseudoguerra contra el narcotráfico, y no volveré a discutir lo que ahí se dijo y que bueno, que no estoy de acuerdo.


Esa vez me llamó la atención el lenguaje extremadamente violento y que contravenía la supuesta propensión a la legalidad y al respeto de la ley, clamaban porque violaran y mataran a la señora que sale en el video, cuando el que mate, sea el que sea es un asesino y la violación no es para nada buena onda ni mucho menos deseable para nada. Los que cometen un crimen y se salen de la ley son criminales, así de simple, sean políticos, ciudadanos, milicos, locos o débiles mentales. Pero ese es el pedo, en cuanto a la ley y aquí habla mi Kant interno no hay discusión posible, las leyes no se alegan ni son relativas –aunque que ingenuo soy en este preciso momento, pero a eso se dedican los abogados en todo el mundo-.

La cosa es que esta vez me llamo la atención la lógica detrás del comunicado, o eres de unos o eres de otros, estas con unos o con otros, si no lo mandas eras cómplice, y si lo mandas eres un proto revolucionario –además con una expresión racistoide/calsistoide para que despierte el indio no se que-; y pues eso de ser muy revolucionario también está muy mal visto por muchas buenas conciencias en este país. Y me pregunto, ahora con mi Aristóteles interno si no hay otra opción, y no se si siquiera en cuanto a un término medio, o mas bien tercero excluido...



Es decir, no apoyo a los criminales ni mucho menos, aunque sean muy simpáticos, y le haigan hecho como le haigan hecho o estén muy encumbrados en los negocios. Pero en esta disyuntiva que es del mismo talante de tener el valor o te vale a mi no me vengan que soy como alguien que roba, mata o es corrupto porque no re-envió un correo electrónico, no me digan que soy como los estafadores y los violadores porque no participo de “la indignación” en la Hyper Compu Mega Red del Spam y el lenguaje del odio a través del anonimato de un correo electrónico (bueno, si supieran usar la copia ciega).

Muchos no lo creen pero soy una persona que piensa que lo político ha de ir mucho mas allá de mandar correos electrónicos y hacer carteles, esténciles o pegatinas, y una de ellas es (y ahora sale lo socrático) NO DARLES NI UN ESPACIO DESDE DONDE NOS PUEDAN JODER, ni a los policías que muerden, ni a los políticos que no trabajan mas que para sí mismos, ni los ciudadanos que exigen un chingo de respeto a sus derechos pero hacen como que les habla la virgen en cuanto a sus obligaciones, y ello se hace si obedecemos las leyes que nos hemos dado y nos atenemos a ellas o las cambiamos -incluido el sistema de gobierno y las relaciones de poder y de la lucha de clases- asumiendo todas sus consecuencias. Igualmente son dos opciones, pero esta es una verdadera disyuntiva porque son antípodas, parten del mismo sitio, nuestra relación con las leyes, pero desembocan en dos situaciones compleamente distintas.


Muchos siguen sorprendidos por la polarización resultante de algunas campañas mediáticas de miedo pasadas y nuevas, pero es que no hay de otra forma, si eres bueno o malo, blanco o negro, de aquí o de allá. Para no colgarme demasiado solo diré que muy pocas cosas se reducen a ese switch del si o del no (quizás el ser y la nada y eso tiene sus problemas porque solo el ser es y pues la nada que nos importa), y entre el hacer y no hacer, no creo que mandar un correo electrónico e indignarse en la bandeja de entrada y vomitar tanta palabrería de odio sea hacer algo, es mas bien hacer como que haces y al final es no hacer tampoco nada, pero no cabe dividirnos entre buenos y malos porque quién dice quién es quién.

Y citando a mi querido maestro Alberto Constante que no cree que nadie sea El Bueno ni El Malo, sino que como él, todos son buenitos y malitos dependiendo de para qué. También creo que al final todo se reduce a que no es ni chido ni chafa, sino que la mayoría de las veces resulta en un inmenso chale. Y estas dos ideas son como el término medio y el tercero excluido, pero no tan clavado pues.