jueves, 14 de julio de 2016

Anoche buscaba una fotografía de una amiga, que nunca imprimí, sólo hice una tira de contactos. 

Ahora que volví a ver las fotografías que había marcado como candidatas para ampliar en realidad sólo me gustaron tres de ellas, y en todo caso las digitalizaré y se las mandaré. 

Pero lo importante, o lo que me impulsó a escribir esto, es que mientras pasaba por mis distintas carpetas de archivo y de otras tiras de contacto, me di cuenta del gusto que me da encontrar las fotos que hice de seres queridos, y aún cuando han pasado años de eso, aún recuerdo cuándo y cómo las tomé y se me alegra el corazón de ver a tantos seres queridos. 

Claro, también están las fotos de otros seres que fueron muy queridos y ahora me son indiferentes o tal vez me causen cierta aversión, pues en mi caso es un problema porque me obsesionaba tomando fotografías a mis parejas, pues todas ellas eran fotogénicas (escribí de eso acá y acá también). Pero en el fondo eso ya no importa tanto. 

Es bueno volver a las viejas fotos y recordar porque las hemos guardado y no las desechamos, como es bueno volver al blog, y recordar por qué, aunque medio abandonado, no lo he borrado, y no creo hacerlo. 

Saludazos a todos.